‘Ciclo de la vida’: legisladores escuchan testimonios sobre la muerte médicamente asistida
Nevadenses de bandos opuestos en un tema complejo y controvertido hicieron el martes peticiones entusiastas a los legisladores estatales en relación con un proyecto de ley que permitiría la muerte médicamente asistida para enfermos terminales.
Al menos por quinta vez, se ha presentado en la Legislatura de Nevada un proyecto de ley que le permitiría a un médico darle fármacos letales a un paciente que los solicite, mayor de 18 años y con menos de seis meses de vida.
La Comisión de Salud y Recursos Humanos del Senado escuchó el testimonio de quienes afirmaban que el proyecto de ley 239 del Senado aliviaría la agonía de los pacientes moribundos y de otros que afirmaban que conduciría al abuso de los más vulnerables.
La comisión, presidida por el senador demócrata Fabián Donate, escuchó primero los testimonios de los que estaban a favor del proyecto de ley, incluidas dos mujeres de Las Vegas con cánceres incurables que testificaron desde el Sawyer Building de Las Vegas.
“Prefiero no morir en este momento”, dijo Lynda Brooks-Bracey, de 57 años, a quien se le ha diagnosticado un cáncer de páncreas metastásico. Tras numerosas sesiones de quimioterapia, afirma que los médicos han hecho todo lo posible.
“Creo firmemente en el ciclo de la vida, creo en Dios… pero no creo que ni yo ni mi familia debamos verme sufrir”, declaró esta madre de cuatro hijos, que vio morir a su esposo a los 38 años a causa de la leucemia.
Hanna Olivas, madre y abuela de 48 años con mieloma múltiple, dijo: “Lo que más me entristece, y lo que creo que es la parte más importante de este proyecto de ley, es que se trata de una decisión tan personal y debería ser una decisión personal entre el paciente, su familia y los médicos”.
Algunos de los que se oponen al proyecto de ley dijeron que a menudo los médicos no pueden predecir con exactitud cuánto tiempo de vida le queda a un paciente.
“Un diagnóstico erróneo unido a un mal pronóstico hace que un paciente reciba una prescripción letal cuando podría tener años de vida de buena calidad por delante”, dijo el doctor Kirk Brolander, internista de Reno a cuyo padre le dieron seis meses de vida y vivió otros cuatro años. Él y otros opositores declararon ante los legisladores en Carson City.
Kathleen Rossi, enfermera titulada jubilada, dijo que para poder testificar había dejado a su hermana que tiene un tumor cerebral, a la que hace 14 años le dieron 18 meses de vida.
“Lo que se necesita es una mejor financiación de los cuidados paliativos y no esta opción, que en realidad se aprovechará de las víctimas vulnerables”, dijo Rossi.
El proyecto de ley, según ella y otros opositores, podría crear una situación riesgosa en la que los pacientes con enfermedades mentales o que son considerados una carga por sus familias se vean presionados a buscar lo que describen como suicidio asistido.
Los opositores a la medida se quejaron de que, al no programar la audiencia de la tarde hasta el martes por la mañana, las personas discapacitadas y otras personas no pudieron llegar a la audiencia y perdieron la oportunidad de testificar. Donate dijo que las personas podían presentar sus comentarios por escrito.
Según el proyecto de ley, para que los pacientes puedan usar la muerte médicamente asistida, deben ser diagnosticados de una enfermedad terminal por un médico y al menos otro profesional. Los pacientes deben tomar una decisión informada y voluntaria de poner fin a su vida, y no por “coacción, engaño o influencia indebida”.
Casi tres cuartas partes de los 700 votantes de Nevada encuestados en 2021 estaban a favor de una medida de ayuda médica para morir, según el grupo activista Compassion & Choices, que menciona una encuesta de Public Policy Polling.
El apoyo se encontró en todo el espectro étnico, político y religioso, incluyendo el 80 por ciento de los demócratas y el 65 por ciento de los republicanos, el 71 por ciento de los protestantes y el 67 por ciento de los católicos, y el 76 por ciento de los afroamericanos, el 73 por ciento de los hispanos y el 72 por ciento de los blancos, según la encuesta.
