Aprueba FDA la vacuna de refuerzo de COVID para niños sanos de cinco a 11 años
Los organismos reguladores de Estados Unidos autorizaron el martes una dosis de refuerzo contra COVID-19 para los niños sanos de cinco a 11 años, con la esperanza de que una dosis adicional de la vacuna mejore su protección a medida que las infecciones vuelven a aumentar.
Todos los mayores de 12 años ya debían recibir una dosis de refuerzo para obtener la mejor protección contra las variantes más recientes del coronavirus, y algunas personas, incluidas las de 50 años o más, pueden optar por un segundo refuerzo.
La autorización de la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) abre ahora la posibilidad de una tercera inyección también a los niños en edad de primaria, al menos cinco meses después de su última dosis.
Hay un obstáculo más: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) deben decidir si recomiendan formalmente el refuerzo para este grupo de edad. Está previsto que los asesores científicos de los CDC se reúnan el jueves.
La inyección de Pfizer es la única vacuna contra COVID-19 disponible para niños de cualquier edad en Estados Unidos. Los que tienen entre cinco y 11 años reciben un tercio de la dosis que se administra a todos los mayores de 12 años.
El hecho de que los niños en edad primaria necesiten una dosis de refuerzo se ha visto eclipsado por el clamor de los padres para que se vacune a los más pequeños, los menores de cinco años, el único grupo que aún no es elegible en Estados Unidos. Tanto Pfizer como su rival Moderna han estudiado sus vacunas en los niños más pequeños, y se espera que la FDA evalúe los datos de una o ambas empresas en algún momento del próximo mes.
En el caso de los niños de cinco a 11 años, no está claro cuánta demanda habrá de refuerzos. Solo un 30 por ciento de ese grupo de edad ha recibido las dos dosis iniciales de Pfizer desde que se abrieron las vacunas para ellos en noviembre.
Pero en un pequeño estudio, Pfizer descubrió que el refuerzo aumentaba los niveles de anticuerpos contra el virus de esos niños -incluidos los capaces de combatir el ómicron-, el mismo tipo de salto que obtienen los adultos con una vacuna adicional.
Aunque el coronavirus es más peligroso para los adultos que para los niños, los pequeños pueden enfermar gravemente, y más de 350 niños de cinco a 11 años han muerto, según el recuento de los CDC.
Para aumentar la confusión del público, los CDC calculan que tres de cada cuatro niños estadounidenses de todas las edades se han infectado con el coronavirus desde el comienzo de la pandemia, muchos de ellos durante la ola ómicron de invierno. Aun así, las autoridades de salud instan a la vacunación incluso en personas que hayan tenido previamente el COVID-19, para reforzar su protección.
Es posible que la vacunación no siempre prevenga las infecciones más leves, sobre todo porque el ómicron y sus hermanos son mejores que algunas variantes anteriores a la hora de burlar esas defensas. Pero las autoridades de salud están de acuerdo en que las vacunas siguen ofreciendo una fuerte protección contra los peores resultados del COVID-19, incluyendo la hospitalización y la muerte.
