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Venezuela, hora de actuar

Una de las primeras acciones del Congreso en su periodo ordinario de sesiones debería ser la exigencia de libertad para Leopoldo López, opositor venezolano condenado a 13 años, nueve meses, siete días y doce horas de cárcel por un delito que no cometió. Hoy es por Leopoldo López, en algún tiempo puede ser por cualquier dirigente de la oposición en nuestro país si el populismo llega a alcanzar la presidencia en 2018.

No se trata de interferir en los asuntos de la vida interna de Venezuela, sino de exigir el respeto a los derechos humanos establecidos en la carta universal, pues han sido conculcados por el régimen de Nicolás Maduro.

Puede entenderse que el gobierno como tal no tenga un pronunciamiento condenatorio, lo que han evitado con el régimen venezolano los gobiernos de Calderón (Hugo Chávez) y Peña Nieto (Nicolás Maduro), pero el Congreso está en obligación de alzar la voz y actuar.

Leopoldo López y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, están presos por ser opositores al régimen bolivariano, lo que resulta inaceptable en un continente que tiene compromisos firmados con una carta democrática.

En México algunos panistas y desde luego intelectuales independientes han manifestado su condena al autoritarismo del régimen de Maduro, pero el PRI ha guardado un silencio escurridizo que lo aleja de su tradición exterior en defensa de las libertades políticas.

Hoy el PRI está en el gobierno, pero eso no lo limita para exigir la liberación de Leopoldo López y sus cuatro compañeros de causa, más el alcalde de Caracas.

El PRD y Morena son cómplices abiertos del autoritarismo bolivariano, y una y otra vez han salido, junto con su prensa afín, en defensa de las medidas dictatoriales de Maduro.

Ahora que el PRD tiene su Congreso Nacional sería una ocasión propicia para deslindarse tajantemente de la antidemocracia de Maduro y sus cómplices, y de esa manera establecer un paralelismo con la postura de Morena, alineada al régimen venezolano.

Sin embargo en ese partido hay promotores abiertos del “socialismo bolivariano”, que han prometido establecer en México en caso de ganar las elecciones presidenciales, como lo expresó la senadora Dolores Padierna.

Con su apoyo a la vocación tiránica del gobierno de Venezuela, PRD y Morena nos mandan un mensaje de lo que harían en caso de llegar a gobernar el país a partir de 2018.

A los opositores se les encarcela o se les despoja de su investidura, como es el caso de la exdiputada Corina Machado. Los diputados que son empresarios, no tienen derecho a voto en el Congreso.

La justicia en Venezuela está completamente en manos de Maduro, lo mismo que el Poder Legislativo y los organismos electorales. No existen los procesos judiciales abiertos y tampoco hay libertad de expresión, porque se castiga con persecución o cárcel.

Hacernos disimulados ante ese panorama es actuar en contra de nosotros mismos. El Congreso debe adoptar una postura enérgica de defensa de la democracia en Venezuela, y de paso exhibir a los aspirantes a dictadores en nuestro país.

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