Insiste el príncipe William en que la familia real no es racista
LONDRES — El príncipe William insistió el jueves en que su familia no es racista al convertirse en el primer miembro de la familia real británica en hablar sobre las acusaciones de intolerancia hechas por el príncipe Harry y Meghan, su hermano y su cuñada.
William hizo los comentarios en respuesta a las preguntas que le gritaron los periodistas durante una visita a una escuela del este de Londres. Aunque los miembros de la familia real suelen ignorar este tipo de preguntas, William aprovechó la ocasión para abordar las explosivas acusaciones que han sacudido a la monarquía.
“No somos una familia racista”, declaró William mientras su esposa, Kate, caminaba a su lado.
El Palacio de Buckingham se esfuerza por acallar las críticas después de que Harry y Meghan alegaran que la duquesa fue víctima de racismo y trato insensible durante su etapa como miembro trabajadora de la familia real. El palacio trató de responder a las acusaciones, hechas durante una entrevista con la presentadora de televisión estadounidense Oprah Winfrey, con una declaración de 61 palabras que los críticos calificaron de “demasiado poco y demasiado tarde”.
William, segundo en la línea de sucesión al trono después de su padre, el príncipe Carlos, comentó el jueves que aún no había hablado con Harry desde la entrevista, “pero lo haré”.
Harry y Meghan se alejaron de los deberes reales el año pasado y se mudaron a California, alegando que querían escapar de los intrusivos medios de comunicación británicos y vivir una vida normal.
Meghan, quien es birracial, declaró en la entrevista que se sintió muy aislada y miserable como miembro trabajadora de la familia real al punto de tener pensamientos suicidas. También reveló que Harry le dijo que un miembro de la familia real había expresado “preocupación” por el color de la piel de su bebé antes del nacimiento de su hijo, Archie.
William y Kate recorrieron la School 21 de Stratford, al este de Londres, mientras los niños volvían a las clases. La visita también pretendía marcar el despliegue a las escuelas secundarias de un proyecto de salud mental que Kate lanzó en las escuelas primarias en 2018.
