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Marc Anthony Ibarra: Le ganó a los pronósticos

Ana tenía 5 meses de embarazo, y aquella mañana mientras trabajaba sufrió un accidente. Rápidamente fue llevada de emergencia, y después de tratar de retener al bebé, los médicos decidieron operarla para salvar su vida. Al extraer la criatura, para sorpresa de los médicos, éste presentaba signos vitales, a pesar de tan corto tiempo de gestación y del traumatismo recibido.

Con sólo dos libras de peso, aquel niño comenzaba a pelear entre la vida y la muerte, aún cuando los pronósticos que le auguraban pocos días de vida, o en el mejor de los casos, el resto de sus días en una silla de ruedas tratando de balbucear alguna palabra.

Aferrados a la cama de su hijo, en la sala de terapia intensiva del White Memorial Hospital de Los Ángeles, Ana y José, pasaban los días esperando un milagro casi imposible, ya que una infección estaba haciendo estragos en el debilitado cuerpo del niño.

Para completar el diagnóstico negativo, los médicos observaron que Marc solo contaba con un riñón, lo que aumentaba la falta de defensas. Con el paso de los días, sus padres lo llevaron a su casa, y entre algodones comenzó su batalla por la vida, ignorando los pronósticos más pesimistas. Sus primeros años fueron de alimentación muy bien controlada, a base de licuados de vegetales verdes y frutas, alejado de la comida chatarra.

“Cuando comenzó a caminar no tenía equilibrio, ya que sólo apoyaba la punta de sus pies”, dice Ana que no le saca los ojos de encima, mientras Marc practica un front kick en la clase de taekwondo, preparándose para su próxima competencia. Al terminar la sección, pudimos hablar con Marc, quien nos dijo como fueron sus inicios en un deporte tan exigente.

“Mi papá me trajo al gimnasio para que comenzara a practicar algún deporte, y mantenerme ocupado.

Mis primeras clases fueron muy difíciles, pero en ningún momento pensé en abandonar el deporte. Lo primero que el master Acevedo cuidó, fue que yo usara protección adicional contra los golpes, principalmente en la zona de los riñones y la espalda” dice Marc, mientras bebe mucha agua, y agrega a su relato; “tengo 14 años de edad y concurro al Western High School donde curso noveno grado, y deseo graduarme en la carrera de law enforcement.

En la actualidad soy cinturón marrón pero estoy luchando para subir a cinturón negro. Para lograrlo, vengo tres días por semana a La Academia Thunder de Artes Marciales Mixtas y 2 veces por semana al gimnasio donde corro, hago bicicleta y levanto pesas”, dijo orgulloso.

Mucho tiempo ha pasado desde aquel 29 de julio del año 2000, cuando el niño milagro vino al mundo. Días pasados, rompiendo todos los pronósticos adversos, con solo 14 años de edad, Marc tuvo su primer combate oficial de taekwondo con un adulto, y después de dos rounds, se alzó victorioso.

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