De todos es bien sabido que, con el paso del tiempo, la piel y, en especial, la del rostro, pierde brillo y lozanía, y entonces aparecen las primeras arrugas. No es un problema de las personas mayores, sino también de los no tan jóvenes. A partir de los 30 años, ya puede empezar a verse la pérdida de colágeno en forma de arrugas finas.