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Prueban tecnología de reconocimiento facial en el aeropuerto de Las Vegas

A medida que avanza la tecnología de seguridad aeroportuaria, se han planteado preocupaciones sobre cuán invasivos pueden ser los nuevos protocolos.

La Junta de Supervisión de Privacidad y Libertades Civiles de cinco miembros, fundada después del ataque del 11 de septiembre de 2001, es responsable de garantizar que la nueva tecnología ayude a prevenir el terrorismo al tiempo que equilibra la necesidad de proteger la privacidad y las libertades civiles.

La junta, que forma parte del gobierno federal, estuvo en Las Vegas para observar la prueba de reconocimiento facial de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA, por su sigla en inglés) utilizando tecnología biométrica en el Aeropuerto Internacional McCarran.

“La seguridad en la aviación es uno de los puntos de enfoque más importantes después del 11 de septiembre”, mencionó Adam Klein, presidente de la junta. “Somos muy conscientes del interés del público en la implementación del reconocimiento facial para verificar los diversos puntos en el viaje del pasajero”.

La prueba de 30 días en el carril de verificación previa de la TSA en la Terminal 3 en McCarran comenzó a fines de agosto y terminó el miércoles.

La TSA evaluó su capacidad para comparar la foto de los pasajeros tomada en el punto de control con una imagen tomada del documento de identidad del pasajero. La administración recopiló fotos e información biográfica de los pasajeros de su documento de identidad y lo retuvo temporalmente para su posterior análisis técnico.

“Somos conscientes de las preguntas que los miembros del público, las organizaciones no gubernamentales, los miembros del Congreso y otros han planteado sobre la tecnología”, destacó Klein. “Estamos analizando cosas como cuál es la motivación de seguridad para usar esto, qué tipos de datos se recopilan, cómo se analizan y cómo se almacenan y si hay otros usos de los datos después”.

Debido a que la tecnología utilizada estaba en modo de prueba, una vez que se documentó el resultado de la verificación facial, los pasajeros aún estaban sujetos a la identidad manual y la verificación del documento de viaje por parte del personal de la TSA, independientemente de los resultados de la correspondencia biométrica.

Poder ver el sistema en uso tanto desde el lado del pasajero como del operador le dio a la junta una mayor comprensión de cómo funciona el proceso.

“Mirando esto, estamos pensando en este piloto en particular…pero también estamos viendo cuál podría ser el futuro en términos de otros usos del reconocimiento facial y otros datos biométricos en la seguridad de la aviación”, dijo el miembro de la junta, Ed Felton. “¿Hay conclusiones que podamos sacar o recomendaciones que podamos hacer de lo que la TSA debería o no debería hacer en el futuro?”

El miembro de la junta, Travis LeBlanc, agregó que además de las preocupaciones sobre posibles sesgos que entran en juego en el sistema, el proceso regulatorio aún debe desarrollarse. Ese proceso responderá muchas de las preguntas que rodean la tecnología de reconocimiento facial.

“Por ejemplo, cuando las personas pueden optar por no participar y qué sucede cuando eso ocurre”, subrayó LeBlanc. “O qué datos retener, no solo para tomar la decisión real, sino qué datos vamos a conservar y durante cuánto tiempo los conservaremos, con los que puede compartirlos. ¿Qué haremos respecto a niños?

“Creo que muchas de estas llamadas a políticas generan el tipo de preguntas y preocupaciones que los pasajeros, los consumidores y los ciudadanos tienen hoy sobre la privacidad”.

El grupo también está estudiando si la tecnología es lo suficientemente eficiente y precisa como para usarse en más de un entorno de prueba piloto.

“Una vez que hayamos reunido toda esta información, con suerte podremos emitir un juicio y ofrecer recomendaciones para garantizar que esta tecnología se use de manera que equilibre adecuadamente la privacidad y las preocupaciones civiles con las preocupaciones de seguridad de la aviación muy importantes”, recalcó Klein.

La junta espera tener una decisión sobre la utilidad de la tecnología de reconocimiento facial a mediados del próximo año, mencionó Klein.

“Somos conscientes de que el gobierno está avanzando relativamente rápido con esto, por lo que entendemos que tenemos que igualar nuestros esfuerzos en los que se están implementando estas tecnologías”, concluyó.

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