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Condado Clark cubre los costos funerarios de más de 2 mil personas cada año

Ha sido una época de mucho trabajo para una funeraria de Las Vegas que acepta los cuerpos de personas indigentes para servicios de cremación pagados por el Condado Clark.

“Hemos tenido 104 este mes”, dijo Lori Siuba, gerente de funerales familiares de La Paloma Funeral Services en Summerlin. “Recibimos cinco o más casos al día. Probablemente más de mil al año”.

La Paloma es uno de los varios tanatorios del valle de Las Vegas contratados por el Condado Clark para incinerar y almacenar temporalmente las cenizas de quienes fallecen dentro de las fronteras del condado sin fondos para los gastos finales ni familiares con medios para cubrir los costos.

En el caso de La Paloma, la cremación es el único método usado. Los entierros en ataúd de los indigentes son inusuales porque el condado solo subvenciona las cremaciones a menos que la persona pertenezca a una religión que lo prohíba, por ejemplo, la judía, explicó Siuba.

“Muchos no tienen parientes cercanos” después de su muerte, dijo Siuba. “Muchos son hijos adultos que mueren y ellos (los familiares) no tienen fondos”.

Es parte de una triste realidad. Miles de personas mueren en el Condado Clark cada año sin fondos disponibles para pagar la eliminación de sus cuerpos y el condado no puede localizar a los familiares que podrían hacerlo.

El condado tiene su propio depósito –llamado la “cripta del condado”– de cenizas no reclamadas dentro de urnas, almacenadas en bóvedas sin nombre en el mausoleo de la Chapel of Eternal Peace, en el Eden Vale Memorial Park de Bunker, en 1216 Las Vegas Blvd. North, según Serena Moore, subdirectora de Servicios Sociales del Condado Clark.

El número de casos de personas que requieren recursos públicos para disponer de sus restos ha disminuido un poco desde el final de la pandemia del COVID, dijo Moore, una de los cinco empleados del condado que manejan tales arreglos.

Las 2 mil 110 derivaciones para arreglos financiados por los contribuyentes que el condado recibió en 2023 fueron menos que las 2 mil 307 de 2022, dijo Moore.

El presupuesto del condado para pagar la cremación y el entierro de indigentes está establecido en 1.69 millones de dólares para el año fiscal 2025, dijo Moore.

En promedio, unas 37 personas son enterradas en ataúdes y el resto incineradas en un año determinado, según Moore.

La mayoría de los fallecidos de los que se ocupa el condado son personas que han muerto solas sin familiares que reclamen sus restos, dijo Moore.

“La mayoría de nuestros casos son remisiones sin un ser querido identificado o un pariente cercano”, dijo Moore.

Para llevar a cabo las cremaciones de adultos y niños, los tanatorios contratados reciben 775 dólares por cada cremación, mil 827 dólares por los entierros de cuerpo entero de adultos, 507 dólares por los entierros de niños y 50 dólares por las bolsas para cadáveres, explicó Moore.

Para los restos de los veteranos militares elegibles, el condado trabaja con el Southern Nevada Veterans Memorial Cemetery en Boulder City, cubriendo los costos aparte de una tarifa de 450 dólares cobrada al cónyuge del veterano para abrir y cerrar el sitio de entierro, de acuerdo con los registros proporcionados por Moore.

En general, el condado suspendió los entierros en ataúd en 2014, aparte de los ocasionales en ataúdes de madera cubiertos de tela, para los miembros de organizaciones religiosas que prohíben la cremación, en su mayoría judíos observantes, dijo Moore.

Se intenta encontrar a los familiares

En situaciones en las que los cadáveres no son reclamados de inmediato por un pariente cercano, la Oficina Forense del Condado Clark intenta localizar a la familia por múltiples medios, entre ellos la revisión de tarjetas de identificación, historiales médicos, bases de datos de internet, teléfonos digitales, vehículos y foros en internet, según Moore.

Otros casos ocurren cuando se conoce a un pariente cercano, pero el fallecido era la otra mitad de un hogar con dos ingresos y el cónyuge o pariente sobreviviente “no puede costear (sus) cuidados posteriores a la muerte”, dijo Moore.

Para poder optar a la subvención, los sobrevivientes que no puedan pagarla deberán demostrar que disponen de menos de 2 mil dólares para gastar o de menos de 3 mil dólares para un hogar de dos personas, según Moore.

Además, para tener derecho al subsidio, el fallecido tiene que haber sido un residente del condado con unos ingresos familiares iguales o inferiores al 180 por ciento del nivel federal de pobreza establecido a partir de 2005, dijo Moore.

Según la ley de Nevada, las cenizas no reclamadas deben ser almacenadas por la funeraria contratada durante un máximo de dos años, dando tiempo a los familiares para averiguar si su ser querido falleció y presentar una reclamación al condado para la entrega de las mismas, según Yazmin Beltrán, portavoz del condado.

Restos no reclamados

De acuerdo con la ley del condado, los representantes de los tanatorios pueden extraer las cenizas de las urnas que las contienen y esparcirlas en algún lugar.

El proceso desde que el tanatorio recibe el cuerpo de una persona indigente hasta la incineración o el entierro dura entre cuatro y seis semanas, dijo Siuba.

La Paloma tiene una estantería “de cuatro niveles de profundidad” con un par de centenares de urnas estándar para cenizas, que consisten en cajas cuadradas de plástico rígido resistente, dijo Siuba.

Aproximadamente la mitad de las cenizas que se depositan en La Paloma no son reclamadas al cabo de dos años, momento en el que pueden retirarse para su eliminación, dijo Siuba.

La funeraria hace que un pastor local lleve las urnas, una vez cada tres meses, a un lugar remoto en los terrenos que él posee en el sur de Utah, donde dice una oración y esparce las cenizas en el suelo, dijo Siuba.

“La semana pasada realizó el viaje y esparció más de 50”, dijo.

Durante una breve visita, con escolta, a la cripta del condado dentro del mausoleo cubierto Chapel of Eternal Peace de Eden Vale de Bunker, un reportero del Review-Journal pudo ver losas de piedra en blanco frente a unas largas bóvedas, situadas sobre las criptas de Harry James, un famoso líder de la Big Band de los años 40 que murió en 1983, y Guy McAfee, fundador del casino Golden Nugget en los años 40 y fallecido en 1960.

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