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Piloto de la Fuerza Aérea Nellis recibe 10 mdd en daños por cirugía de muñeca

El comandante de la Fuerza Aérea de EE.UU., Stephen Rohrbacher, solo pudo describir su reacción como “un shock” cuando una radiografía en 2016 reveló que, en lugar de reducir el tamaño un espolón óseo de su muñeca izquierda como le había afirmado un cirujano de Las Vegas, había extirpado uno de sus huesos por completo.

Un jurado le otorgó el miércoles a Rohrbacher (un piloto de 39 años de la Fuerza Aérea e instructor de vuelo) más de 10 millones de dólares en daños y perjuicios por demandas de fraude y agresión contra el doctor Jonathan Sorelle del Minimally Invasive Hand Institute.

“Lo que es tan despreciable de lo que hizo este médico es que tenía un paciente delante de él cuya carrera requiere el buen uso de la mano y la muñeca”, mencionó el abogado de Rohrbacher, Dan Carvalho, “y lo involucró en una cirugía innecesaria que lo puso en una posición peor de lo que estaba antes de entrar”.

Ni Sorelle ni el Instituto respondieron a las solicitudes de comentarios, pero en el tribunal, Sorelle sostuvo sus decisiones y su trabajo.

En su respuesta a la presentación inicial de la demanda en el 2017, sus abogados escribieron que Sorelle y su personal “usaron el cuidado razonable y la diligencia en el ejercicio de esta habilidad y la aplicación de este aprendizaje, y en todo momento actuaron de acuerdo con su mejor juicio médico”.

Rohrbacher fue al instituto preocupado por el dolor que ocasionalmente sentía en su muñeca izquierda mientras levantaba pesas. Sorelle le tomó una radiografía de ambas manos y le dijo a Rohrbacher que no sólo necesitaba una cirugía para reducir el tamaño un espolón óseo en su muñeca izquierda, sino que la muñeca derecha también requería cirugía.

Declinó la cirugía de la muñeca derecha pero siguió adelante con el procedimiento para quitar el espolón óseo de su escafoides izquierdo.

El daño descubierto

“Cuando me desperté de la cirugía recuerdo que me miré la mano y recuerdo que tenía mucho más dolor del que creía necesario para lo que hablamos”, reveló Rohrbacher.

El vendaje quirúrgico se retiró unos días después, revelando una cicatriz irregular de tres pulgadas en la parte superior de su muñeca. No vio el daño hasta un mes más tarde, cuando un terapeuta ocupacional de la Fuerza Aérea le tomó una radiografía de la muñeca antes de comenzar la fisioterapia.

“Recuerdo cómo lo dijo, me preguntó: ‘Sabes que te la quitó toda, ¿verdad? “Rohrbacher dijo. “Nunca olvidaré la cara que me puso cuando vio mi reacción. Fue un shock, quedamos conmocionados”.

Rohrbacher se unió a la Fuerza Aérea en 2003, poco después de que descubrió que las personas que se habían sometido previamente a una cirugía ocular podían convertirse en pilotos.

“Siempre quise volar”, dijo. “Recuerdo correr con modelos de aviones, cosas de aviones y pegar carteles por toda mi habitación. Era algo que siempre quise hacer, pero no tenía los ojos para ello”.

Cuando Rohrbacher vio su oportunidad, se reunió con los reclutadores y pidió un préstamo de tres mil dólares para una cirugía correctiva. Llegó al programa de entrenamiento de pilotos y se ganó sus alas el 19 de diciembre de 2009.

Testigo experto

El abogado de Rohrbacher, Dan Carvalho, trajo al cirujano de mano de la Universidad Brown, Arnold-Peter Weiss, quien testificó que la remoción del hueso desestabilizó la estructura de la muñeca de Rohrbacher, y que inevitablemente requeriría una segunda y mucho más costosa cirugía para repararla.

Carl Williams, otro cirujano de Las Vegas que había aconsejado a Rohrbacher simplemente que redujera el levantamiento de pesas antes de ir a Sorelle para la cirugía, testificó que la mayoría de los cirujanos nunca le habrían ofrecido a Rohrbacher ningún tipo de procedimiento quirúrgico debido a su edad y ocupación.

Carvalho dijo que a través de su investigación sobre el caso, descubrieron que el de Rohrbacher era el único caso documentado de un cirujano que removió el hueso escafoides en un procedimiento de este tipo.

“Lo que la evidencia en este caso reveló fue que en lugar de dar al paciente el consejo que más le conviene, este médico miró al paciente como una oportunidad financiera”, apuntó Carvalho.

Rohrbacher acudió a otro cirujano para reparar el daño, pero requirió fusionar los huesos restantes de su muñeca, limitando su rango de movimiento.

Un jurado le otorgó a Rohrbacher 2.4 millones de dólares en daños y perjuicios, y ocho millones adicionales en daños punitivos. A pesar de la ligera disminución en la destreza de la muñeca, Rohrbacher todavía puede volar y pudo volver a trabajar entrenando a pilotos en la Base Aérea de Nellis.

Después de retirarse del Ejército, Rohrbacher dijo que espera seguir volando como piloto comercial.

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