Todo empezó la semana pasada, cuando un ejército de gente parecida a Rosie the Riveter, Betty Page y Arthur Fonzarelli irrumpieron en The Orleans con un arsenal de autos antiguos, ropa de época y rock and roll vintage, convirtiendo el casino en una recreación alucinante del set de “Happy Days” en Viva Las Vegas, el mayor encuentro rockabilly del mundo.
La cosa continúa este fin de semana, cuando los fans del R&B y el hip-hop de la era del 2000 se les iluminen los ojos en el festival Lovers & Friends y se celebre un nuevo festival de música isleña y reggae, Holo Holo, en el centro de la ciudad.
Y, para terminar, otro nuevo festival para demostrar que el nü metal aún no ha envejecido (Sick New World), el regreso del Gorila Macho Alfa de los eventos de música electrónica de baile (Electric Daisy Carnival) y el festival de punk-rock de todos los festivales de punk-rock (Punk Rock Bowling).
Desde el pasado fin de semana hasta finales de mayo, cada fin de semana se celebrará aquí al menos un gran festival de música, que atraerá a un total estimado de más de 600 mil fans.
Es una muestra de la notable evolución de Las Vegas como mercado de destino de festivales de música, que ahora abarca casi todos los estilos musicales, desde el K-pop (el reciente debut de We Bridge), al blues (The Big Blues Bender), encuentros multitudinarios multigénero (Life is Beautiful), emo y pop punk (When We Were Young), creadores de éxitos en abundancia (iHeartRadio Music Fest), más reggae (Reggae Rise Up), aún más reggae (Reggae in the Desert) y música heavy de todo tipo (Psycho Las Vegas).
Según un reciente reporte de la empresa de venta de boletos Vivid Seats, Las Vegas ocupa el quinto lugar entre las ciudades de Estados Unidos con más festivales musicales a menos de una hora en auto (14). Esto la pone por encima de mercados más grandes como la Ciudad de Nueva York, San Francisco, Filadelfia y Denver, por nombrar solo algunos.
Esto ha significado un gran negocio para Las Vegas.
Solo hay que ver los dólares que generan los dos mayores festivales de música de la ciudad.
Según las cifras proporcionadas por el Electric Daisy Carnival (EDC), el evento generó una producción económica total de 336.7 millones de dólares en 2022. En 2019, el año más reciente para el que hay cifras disponibles, Life is Beautiful generó 66.3 millones de dólares en impacto económico, según la Autoridad de Visitantes de Convenciones de Las Vegas. (Los organizadores de Life is Beautiful afirman que el evento ha tenido un impacto económico de 400 millones de dólares desde su debut en 2013).
Todo esto para una ciudad que, hace poco más de una década, era vista como la antítesis de un hervidero de festivales.
Para notar: En 2005, Superfly Productions y AC Entertainment, las empresas detrás de Bonnaroo, lanzaron Vegoose en Sam Boyd Stadium en un intento de traer al mercado un gran festival anual de música al mercado.
Duró tres años antes de desaparecer, incluso con titulares de cartel de la talla de Dave Matthews Band, Tom Petty, Rage Against the Machine y Daft Punk.
Su corta vida tuvo un efecto atemorizante: Cuando el fundador de Insomniac Events y EDC, Pasquale Rotella, decidió trasladar el evento insignia de su empresa a esta ciudad en 2011, se consideró una apuesta arriesgada, incluso en una ciudad basada en el juego.
“No solo sentía que estaba tirando los dados, sino que la gente decía que estaba loco”, recuerda Rotella. “Había un festival, Vegoose, del que la gente me hablaba. Me decían que incluso estaba Daft Punk, el mayor artista de música electrónica del mundo, y que era un suicidio y que no debía ir. No era el lugar adecuado para un festival”.
Y, sin embargo, eso es exactamente en lo que se ha convertido Las Vegas desde entonces.
“Parece que no hay lugar más propicio para el entretenimiento en vivo que Las Vegas, y creo que se verá con los festivales de música”, dice Stephen Spiewak, especialista en crecimiento orgánico de Vivid Seats. “Algo especialmente interesante del aumento de muchos de estos nuevos festivales de música en la zona de Las Vegas es la diversidad de los principales festivales. When We Were Young, iHeartRadio Music Festival, Lovers & Friends… atienden a grupos musicales muy diferentes, pero todos son muy populares. Parece que en Las Vegas hay un festival de música para todo el mundo”.
Construir una base para los festivales de música… y perder mucho dinero
“¿Cómo se regresa a la vida normal después de esto?”.
Eso se preguntaba una fiestera entre la multitud en la última noche del EDC 2011.
Buena pregunta.
Qué torbellino había sido hasta entonces: tres días y más de treinta horas inmerso en este capullo de luz y sonido que era tan surrealista en su tamaño y alcance que casi querías ponerle suero de la verdad a tus ojos para asegurarte de que no te estaban mintiendo.
Al fin y al cabo, el EDC marcó un antes y un después, un enorme éxito que congregó a más de 230 mil fans.
Y… se perdió un montón de dinero: tres millones de dólares.
“En aquel entonces, perder tres millones era como perder 10 millones”, recuerda Rotella. “Yo era un promotor independiente, no tenía inversores. Fue un gran golpe para mí”.
Más números rojos se derramarían en 2012.
Todavía más en 2013.
Sin embargo, Rotella sabía que tenía algo.
“Sentí, incluso después del (primer) espectáculo, que aquello estaba zumbando”, dice, “que la gente que no iba se lo perdía, y que iba a crecer hasta convertirse en algo”.
“No va a pasar de la noche a la mañana”, continúa, “y no va a suceder si no lo sueñas, ¿verdad? Va a ser una inversión; va a ser una obra larga. Si no ha ocurrido antes, y estás creando algo nuevo, tienes apegarte a ello”.
Rotella lo hizo, vendió una participación del 50 por ciento en Insomniac a Live Nation por unos reportados 80 millones de dólares en 2013 y siguió adelante.
Ese mismo año, Life is Beautiful debutó en el centro de la ciudad y tuvo problemas de crecimiento similares: El festival perdió 10 millones de dólares en sus tres primeros años, antes de dar un giro y agotar las entradas por adelantado por primera vez en 2017.
El hecho de que los dos mayores festivales de música de Las Vegas tuvieran unos comienzos tan complicados desde el punto de vista financiero, a pesar de contar con filas bien recibidas y cifras de asistencia prometedoras al principio, subraya lo difícil que era este mercado para crear una marca de festival de cualquier tipo.
“Tuvimos que enseñarle a la gente lo que hacíamos, quiénes éramos”, explica Craig Asher Nyman, director de música, programación y desarrollo de Life is Beautiful. “Era una de esas cosas que solo burbujeaba, burbujeaba, burbujeaba”.
¿Qué impidió que esas burbujas estallaran como había ocurrido con Vegoose?
¿Qué le permitió a Life is Beautiful y a EDC demostrar que esta ciudad podía ser una sede viable para el tipo de festivales de música masivos y de varios días de duración que atraen a fans de todo el mundo?
La respuesta está en Las Vegas.
Una infraestructura para el éxito
¿Sin una última llamada?
Tom Ingram estaba dentro.
Volvamos a 1996: el futuro fundador de Viva Las Vegas se había mudado a California desde su Gran Bretaña natal con la intención de organizar allí un gran fin de semana rockabilly.
La cuestión es que en su nuevo estado había limitaciones: a la 1 a.m. no se podía tocar ni beber.
Así que empezó a buscar otro lugar.
“Una noche, solo había un grupo de gente sentada, un par de personas hablaban de bares abiertos toda la noche en Las Vegas, y yo dije: ‘¿Has dicho que los bares están abiertos 24 horas en Las Vegas?”. recuerda Ingram con incredulidad. ” ‘Ahí es donde tengo que hacer el weekender’. Así de sencillo”.
En 1997, Viva Las Vegas debutó en Gold Coast, literalmente rockeando hasta el amanecer.
“Tuvimos unas 1,200 personas y media docena de autos, y nos pareció estupendo”, dice Ingram. “Cubrimos costos, así que no perdimos dinero. Y a partir de ahí solo fue progresando”.
Viva Las Vegas se ha convertido desde entonces en el festival de música más longevo de Las Vegas, y acaba de cumplir 26 años.
Ingram se dio cuenta muy pronto de lo bien adaptada que estaba Las Vegas, en cuanto a infraestructuras, para albergar festivales de música como el suyo, desde los innumerables locales y salas de conferencias disponibles en una sola propiedad hasta una oferta aparentemente interminable de habitaciones de hotel (hay más de 150 mil en la ciudad).
Esto también influyó en el pensamiento de los organizadores de Punk Rock Bowling, que llegó por primera vez a Las Vegas en 1999 como un torneo de bolos con algunos espectáculos paralelos antes de convertirse en un festival de música en Sunset Station en 2010.
Al año siguiente, el evento se trasladó al centro de la ciudad, aprovechando el ambiente festivo del lugar.
“Vas al centro y nunca tienes que agarrar el auto”, dice Shawn Stern, cofundador de Punk Rock Bowling. “Puedes ir caminando a todo, así que puedes beber y no tienes que preocuparte de conducir para ir a ningún sitio”.
“Allí abajo hay todo lo que necesitas y el sitio del festival está a cinco o diez minutos a pie de casi todos los hoteles del centro”, continúa. “Lo mismo ocurre con todos los clubs. Así que es perfecto”.
Rotella también se sintió atraído por Las Vegas en parte por lo enfocada que está en los visitantes.
“Hay una abundante cantidad de vuelos”, señala. “El aeropuerto está cerca del Strip. Hay muchos medios de transporte para llegar al Strip. Hay montones de hoteles. Hay montones de taxis”.
“Creo que tiene sentido”, continúa sobre la aptitud de Las Vegas para los festivales de música, “pero por la razón que sea, no es como cuando lo hicimos nosotros, estalló. Fue toda una inversión, y tuvimos que demostrarle a la gente -incluso a los fans- que iba a ser un buen momento”.
Si lo construyes, vendrán en masa
Entonces, ¿de dónde viene este escepticismo del que habla Rotella?
¿Por qué se llegó a considerar que Las Vegas era un mercado cuestionable -por decirlo de una forma- para eventos como el suyo?
En gran parte tuvo que ver con la imagen que se tenía de Las Vegas en lo que a música se refiere.
Mira, no queremos señalar con el dedo a los grandes de Las Vegas, como el único Wayne Newton, así que …. dejaremos que lo haga Ingram.
“A menudo bromeo diciendo que cuando empezamos a hacer Viva Las Vegas, todo el entretenimiento de Las Vegas estaba dirigido a personas de más de 60 años”, se ríe, refiriéndose a artistas de la vieja escuela como la leyenda del lounge antes mencionada, que una vez dominó la oferta local de música en vivo. “El entretenimiento no era tan emocionante”.
Rotella escuchó lo mismo una década y media después.
“Es donde va la gente cuando acaba su carrera, a hacer residencias y cosas así”, recuerda que le dijeron.
Hoy en día, esos estereotipos de Las Vegas como una especie de hogar de retiro decorado con neón para artistas en el ocaso de sus carreras han quedado tan atrás como Stardust y el estacionamiento gratuito en el Strip.
En 2022, Las Vegas fue el segundo mayor mercado de conciertos del país, solo por detrás de la Ciudad de Nueva York, con una recaudación de más de 518 millones de dólares gracias a los 3.4 millones de entradas vendidas, según la publicación Pollstar.
Este cambio radical se ha visto impulsado por múltiples factores: la apertura de nuevos recintos de última generación, como Dolby Live en Park MGM y Resorts World Theatre, que han atraído a la ciudad a superestrellas contemporáneas como Bruno Mars, Luke Bryan o Lady Gaga para residir en ellos; la incorporación del Allegiant Stadium, que se situó como el mejor estadio del mundo para eventos en vivo en 2022, según la revista Billboard.
Los festivales de música también han desempeñado un papel importante y simbiótico en la evolución del panorama del entretenimiento en vivo de Las Vegas.
Por ejemplo, el EDC ha influido en la escena de la música electrónica dance de la ciudad. Cuando el festival debutó en Las Vegas, había pocos clubes nocturnos de alto nivel, y los DJ de renombre rara vez venían a la ciudad.
El EDC, que atrae cada año a un gran número de fans, demostró que la música podía prosperar aquí con las salidas adecuadas, contribuyendo a un auge de la música dance que ha convertido a Las Vegas en una de las capitales mundiales de ese género.
“Cuando estuvimos allí por primera vez, no había Omnia ni Hakkasan; XS se dedicaba a los DJ de formato abierto”, recuerda Rotella. “Aunque antes había cierta actividad con la música dance, no era nada del nivel que se ve ahora”.
“Creo que ahora rivaliza con Ibiza”, continúa refiriéndose a Las Vegas en la actualidad, “salvo que ni siquiera es estacional, sino que dura todo el año. Tienes la temporada de piscina que se ha abierto antes debido a los clubes de día de música electrónica. Es realmente excitante”.
Del mismo modo, Life is Beautiful ha contribuido a cambiar la cara del centro de la ciudad, desempeñando un papel protagonista en la transformación del East Fremont Arts District, que ha pasado de ser una zona deprimida de la ciudad a convertirse en una vibrante comunidad de bares, locales y otros negocios.
“Recuerdo perfectamente a un puñado de artistas que el primer año decían que ni siquiera sabían que existía el centro de Las Vegas”, recuerda Nyman de algunos artistas de Life is Beautiful que nunca habían estado en esa zona de la ciudad. “Conseguimos que la gente viniera al centro de Las Vegas y descubriera una zona de la que quería formar parte”.
En muchos sentidos, Life is Beautiful tiene tanto que ver con el entorno en el que se desarrolla como con los grupos sobre el escenario.
“Adopta el paisaje de la ciudad, la comunidad, la cultura”, dice Marina Chairez, directora asociada de experiencia de festivales de Life is Beautiful. “Algunos de estos eventos musicales no se pueden exhibir de esta manera en ningún otro lugar del mundo. Es un verdadero escaparate de la ciudad”.
“Las Vegas es sin duda uno de los principales mercados de festivales en estos momentos”
En hawaiano, “Holo Holo” significa “viajar, navegar, moverse”.
Entonces, ¿por qué el festival itinerante de reggae y música isleña que toma su nombre de dicha frase llega a Las Vegas tras debutar en el norte de California el año pasado?
En gran parte, porque en esta ciudad, la experiencia del festival va más allá de la experiencia del festival.
“Nos gusta hacer festivales en mercados donde la gente pueda divertirse haciendo otras cosas”, explica Dan Sheehan, cofundador de Good Vibez Presents, que organiza Holo Holo. Vienen al festival, se la pasan bien y después pueden ir a los casinos o a ver otro espectáculo”.
“Cosas así ayudan a tomar una decisión comercial calculada para llevar festivales a determinados mercados”, sigue. “Y Las Vegas es sin duda uno de los principales mercados de festivales en estos momentos, con todos estos festivales en marcha”.
También hay un factor intangible en juego: la idea de Las Vegas como una gran escapada estadounidense, una ciudad basada en la desinhibición, que encaja a la perfección con una gran fiesta al aire libre durante un fin de semana.
“Las Vegas hace un trabajo excepcional poniendo a los invitados en primer lugar y haciendo que todo gire en torno a ellos y a su experiencia”, afirma Chairez. “Durante tres días, esa persona puede ser quien quiera. La gente viene de todo el mundo solo para tener esa sensación de libertad y alegría y de que todo es posible”.
Quizá la razón principal por la que Las Vegas se ha convertido en un mercado de destino para los festivales es que la ciudad es un destino en sí misma.
“Hay una lista tan larga de cosas que hacer en Las Vegas”, afirma Ingram. “Es algo más que venir solo a Viva Las Vegas. Es venir a Las Vegas”.