El concierto permitió darse cuenta de que hay voluntad de ofrecer alternativas accesibles tanto para los músicos, como para el público, que en ocasiones no pueden pagar cifras estratosféricas para ir a un buen concierto. En primera fila estuvieron algunas de las integrantes del club de mujeres empoderadas aglutinadas en Las Pantunflas Peludas. La gente se divirtió de manera sana y segura. Sábado 24 de agosto en el restaurante Casa Mariscos. Foto Frank Alejandre / El Tiempo.