Amor a primera vista para Max Pacioretty de los Golden Knights
septiembre 13, 2018 - 10:33 am
Cuando Max Pacioretty se enteró de que lo cambiarían a los Caballeros Dorados, Lorenzo, su hijo de 4 años, fue a su habitación para tratar de identificar al nuevo equipo de su padre en los logotipos de la NHL en sus sábanas.
No se encontraba por ningún lado, porque las sábanas se hicieron antes de que los Caballeros se unieran a la liga.
Así que Pacioretty explicó que era el equipo de los playoffs, el que tenía los elaborados programas previos al partido, y fue a Youtube para refrescar la memoria de su hijo.
“No podía creerlo”, comentó Pacioretty con una sonrisa mientras era presentado como el Caballero Dorado más nuevo el miércoles en City National Arena. “Fueron los playoffs e ‘Imagine Dragons’ estaban tocando antes de que salieran los equipos. Siento que esta organización ha cambiado el juego, como mencioné cuando vine aquí durante la temporada, esta experiencia fue increíble, pero no me podía imaginar estar del otro lado”.
“Ahora lo estoy.”
Pacioretty, un alero izquierdo que fue adquirido el domingo de Montreal a cambio de Tomas Tatar, el prospecto Nick Suzuki y una selección de segunda ronda, lleva cinco temporadas de 30 goles con él a los Knights.
También trae tres hijos pequeños y una esposa esperando su cuarto hijo a su nuevo hogar.
Mientras que ha hablado con entusiasmo sobre los Caballeros y la experiencia del hockey en Las Vegas en el pasado, llevar una familia al desierto fue una decisión importante.
“Antes de jugar aquí, los amigos de la liga hablaban sobre la experiencia del juego, dónde viven las familias y cómo son tratadas”, explicó Pacioretty. “Pero hasta que lo vi con mis propios ojos, realmente no lo creía. Todavía tenía la piel de gallina cuando salimos de la pista y le dije a mi esposa: ‘Si soy agente libre, tenemos que venir aquí. Este lugar es increíble”.
La esposa de Pacioretty, Katia, expresó su preocupación por vivir en Las Vegas, pero la esposa de Marc-André Fleury, Veronique, ayudó a calmarlos.
“Ella le dijo a mi esposa cuán grande es la vida aquí y cuán grande es la comunidad, las escuelas y la gente”, describió Pacioretty. “Confiamos en ellos, y la hizo sentir mucho mejor”.
Está muy, muy, muy emocionada de venir y traer a los niños aquí para comenzar este próximo capítulo de nuestra vida”.
Hay muchas razones para el optimismo en el hielo también. Pacioretty fue complementario de Montreal y la organización Canadiens, pero fue claro por sus comentarios que estaba emocionado por salir de una situación de reconstrucción que lo llevó a asumir la parte justa de la culpa como el capitán que sufrió una desaceleración en la producción de la temporada pasada.
El jugador de 29 años tuvo que aceptar una extensión para finalizar el trato, y firmó un contrato de cuatro años por 7 mdd por temporada a partir de 2019-20.
“Si Vegas me hubiese tomado en el draft de expansión, no me sentiría como estoy hoy”, dijo Pacioretty. “Todos tenían muchas preguntas sobre cómo sería esta franquicia. Nadie sabía que esto se convertiría en una ciudad de hockey”.
“Sé que estoy en una situación en la que me pondré en una posición para tener éxito. Este es un equipo que tuvo mucho éxito el año pasado y quiere ganar, y voy a ser una gran parte de eso. No soy alguien que solo persigue dólares, solo quiero ser parte de este grupo”.
El equipo también lo quería, lo que se demostró al renunciar a lo que tuvieron qué hacer para que el acuerdo sucediera. Envió un mensaje no solo a Pacioretty, sino a sus nuevos compañeros de equipo.
“Como jugador, quieres estar en una organización que quiera ganar en este momento”, señaló Jonathan Marchessault. “¡Es genial!”
La transición de Pacioretty se verá favorecida por el hecho de que jugó para el entrenador de los Knights, Gerard Gallant, cuando Gallant era asistente de los Canadiens y que es amigo cercano de Paul Stastny, agente libre, con quien probablemente jugará en la segunda línea.
“Somos compañeros de línea en el equipo de Estados Unidos”, destacó Pacioretty. “Nuestras esposas son amigas, nuestros padres son amigos, somos amigos, tenemos química y es un centro muy confiable, más un jugador de dar y recibir, que es por qué me gusta jugar mucho con él”.
“Solo para entrar y saber que tienes química previa con otro jugador y también saber que estamos pasando por el proceso juntos, es una sensación reconfortante”.
Pacioretty sabe que estará luchando en los próximos días con el campo de entrenamiento que se inaugurará el jueves y que aún necesita encontrar un lugar para vivir y ubicar a su familia, pero está emocionado por el desafío y la posibilidad de jugar para un contendiente.
También deberá llevarle a su hijo algunas sábanas nuevas.
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