Armando Muñoz-Armas, de 30 años, se disponía a abrir su propio negocio de personalización de low riders y piezas de auto que hicieran saltar o rebotar varios pies en el aire. (Alberto Armas)
Armando Muñoz-Armas, de 30 años, se disponía a abrir su propio negocio de personalización de low riders y piezas de auto que hicieran saltar o rebotar varios pies en el aire. (Alberto Armas)