Después de dar positivo en la prueba de la enfermedad, la reportera del Las Vegas Review-Journal, Rio Lacanlale, se preocupó por la cantidad de personas que pudo haber infectado antes de que comenzaran sus síntomas.
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El plan del gobierno de Argentina de traer hasta 500 médicos cubanos para ayudar a combatir la pandemia de coronavirus es una de las ideas más disparatadas desde el punto de vista de los derechos humanos, la economía y la salud pública que se estén viendo en estos momentos en América Latina.
El Coronavirus Aid, Relief and Economic Security (CARES) Act (H.R. 748) es dinero que el Congreso está inyectando a la economía, a fin de estimularla. Los gobernadores de cada Estado son responsables de redistribuir los fondos para aliviar el impacto de la crisis actual producida por la pandemia. Su tarea es tomar las decisiones que mejor se ajusten a las necesidades de todos los ciudadanos.
Alienta que haya un horizonte, 30 de mayo, para el fin de la cuarentena en el país, salvo dos consideraciones esenciales: no se le puede creer a un gobierno que ha hecho de la mentira un hábito y del engaño su principal ‘virtud política’, y cientos de miles de empresas medianas y pequeñas no resisten sin ingresos hasta mediados de junio.
Es bien sabido que las dictaduras de izquierda de Cuba y Venezuela censuran a los medios, y que el presidente populista de izquierda de México demoniza a los periodistas independientes. Lo nuevo es que algunos gobiernos democráticos de derecha y centroderecha en América Latina estén intensificando sus ataques contra la libertad de prensa.
Las senadoras Catherine Cortez Masto (D-Nev.) y Jacky Rosen (D-Nev.) se unieron a las senadoras Mazie Hirono (D-Hawaii) y Kamala Harris (D-Calif) para co-patrocinar el proyecto de ley llamado Protección ante el Coronavirus para Familias Inmigrantes para garantizar que todas las comunidades tengan acceso a pruebas de COVID-19, información de salud pública e información sobre los servicios de emergencia y beneficios disponibles a nuestras comunidades sin importar su estatus migratorio o nivel de inglés.
Mientras el presidente Trump aumentó el presupuesto militar de manera escalofriante (Obama no lo hizo), un virus que pudo atenuarse ha matado en Nueva York a setenta por ciento más personas de las que murieron en el ataque terrorista a las Torres Gemelas.
El presidente Donald Trump le debe una disculpa urgente a un grupo sorprendentemente grande de trabajadores de la salud que están arriesgando sus vidas para combatir la pandemia de COVID-19: los inmigrantes. Y sí, eso incluye a los inmigrantes latinos indocumentados que ha estado vilipendiando, y tratando de deportar, durante los últimos tres años y medio.
Es inútil tratar de entender las decisiones y razonamientos del Presidente con los instrumentos del análisis político, pues su conducta como jefe de Estado sólo es comprensible desde otra disciplina, la psiquiatría.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha sido muy criticado por haberle dado la mano a la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán, uno de los narcotraficantes más sangrientos del mundo. Pero no me sorprendería que López Obrador esté contento con todas las críticas que está recibiendo.