Surgen más acusaciones a Plácido Domingo
Otras 11 mujeres se han sumado a las nueve denuncias previas sobre el comportamiento indebido del tenor español Plácido Domingo, acusado de acoso sexual durante producciones llevadas a cabo en Estados Unidos.
Las 11 mujeres del mundo de la ópera, las cuales ninguna da su nombre a excepción de la soprano estadunidense Angela Turner Wilson, decidieron dar sus testimonios, casi un mes después de que nueve mujeres acusaron a Plácido Domingo, de acuerdo con una investigación periodística.
Al igual que el reportaje anterior, solo una se identifica y en este caso Turner Wilson relata que coincidió con el productor y compositor español en la ópera “Le Cid”, de Massenet, durante la temporada 1999-2000 de la Ópera de Washington y que el comportamiento indebido de Domingo le dejó “atónita y humillada”.
Una tarde antes de la representación, cuenta Wilson, que Domingo y ella se estaban maquillando en el camerino cuando él se levantó y le puso las manos sobre los hombros, “deslizando sus manos y agarrando mis pechos, antes de darse vuelta como si nada y dejándome atónita y humillada”.
Las otras 10 mujeres que acusan al tenor español en el reportaje de la agencia AP, ampliamente reproducido por la prensa internacional, aseguran haber sufrido “tocamientos no deseados, solicitudes persistentes de reuniones privadas, llamadas telefónicas nocturnas e intentos repentinos de besarlas en los labios”.
Además de los relatos de estas 11 mujeres, diversas personas anónimas de la industria operística, entre ellas empleados y técnicos, aseguran haber sido testigos de los comportamientos inapropiadas del tenor, cuyas prácticas eran “conocidas por todos” y que los gestores de la institución lo sabían.
En respuesta a las nuevas acusaciones, Nancy Seltzer, vocera del tenor, emitió un comunicado divulgado por la prensa internacional en la que dijo “la campaña en curso de AP para denigrar a Plácido Domingo no solo es equivocada sino también inmoral y poco ética.
Estas nuevas acusaciones están plagadas de inconsistencias y, como en la primera historia, son en muchos sentidos simplemente incorrectas”, agregó Seltzer.
