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Empresas e individuos afrontan reacciones por comentarios sobre la guerra

NUEVA YORK - Starbucks acusó a un sindicato que representa a miles de sus baristas de dañar la marca y poner en peligro a sus compañeros de trabajo con un tuit pro Palestina. El director ejecutivo de una importante conferencia tecnológica dimitió en medio de las reacciones por sus declaraciones públicas en las que sugería que Israel estaba cometiendo crímenes de guerra. Los jefes de una empresa prometieron no volver a contratar a miembros de los grupos estudiantiles de una universidad que condenaban a Israel.

Mientras tanto, activistas de los derechos islámicos afirman que gran parte de la respuesta empresarial ha minimizado el sufrimiento en Gaza, donde miles de personas han muerto en ataques aéreos israelíes, y ha creado una atmósfera de temor para los empleados que quieren expresar su apoyo a los palestinos. Los grupos judíos han criticado la tibieza de las respuestas o la lentitud de las reacciones ante el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, en el que murieron 1,400 personas en Israel –en su mayoría civiles– y que desencadenó la guerra más reciente.

Las repercusiones de la guerra entre Israel y Hamás se han extendido a los centros de trabajo de todo el mundo, donde los altos directivos de destacadas empresas expresan sus opiniones mientras los trabajadores se quejan de que no son escuchados. Se ha llamado la atención a personas de todos los rangos por hablar con demasiada contundencia, o no con la suficiente.

Muchas empresas estadounidenses tienen fuertes lazos con Israel, especialmente entre las empresas tecnológicas y financieras que operan y tienen empleados en el país.

Ejecutivos de J.P. Morgan Chase & Co., Goldman Sachs, Google y Meta fueron algunas de las decenas de empresas que condenaron rápidamente los atentados de Hamás y expresaron su solidaridad con el pueblo israelí en declaraciones públicas, mensajes en las redes sociales o incluso llamadas corporativas. Muchos prometieron millones de dólares en ayuda humanitaria y detallaron sus esfuerzos para proteger a sus empleados en Israel.

Algunos directores ejecutivos desahogaron su angustia personal.

En un post de LinkedIn y en una carta a los empleados, el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, dijo que había estado constantemente al teléfono con amigos y familiares en Israel y expresó su horror al oír hablar de “civiles de todas las edades atacados y asesinados a sangre fría, rehenes tomados y torturados”. Imploró a los empleados que se informaran y dijo que Pfizer había lanzado una campaña de ayuda humanitaria.

“No basta con condenar estas acciones, nosotros mismos debemos actuar”, escribió Bourla.

Las reacciones contra las opiniones contrarias no se han hecho esperar, incluidas las respuestas a un tuit del director ejecutivo de Web Summit, Paddy Cosgrave, en el que sugería que Israel estaba cometiendo crímenes de guerra.

“Nunca volveré a asistir/patrocinar/hablar en ninguno de sus eventos”, declaró David Marcus, exejecutivo de Facebook, en X, antes conocido como Twitter.

Ante el creciente boicot a la Web Summit del próximo mes, una destacada reunión europea de miles de líderes tecnológicos, Cosgrave renunció el sábado, afirmando que sus “comentarios personales se han convertido en una distracción para el evento, y para nuestro equipo, nuestros patrocinadores, nuestras startups y la gente que asiste”.

Su renuncia se produjo pocos días después de que publicara un largo mensaje en el que denunciaba los atentados de Hamás y pedía disculpas por el momento en que había publicado su tuit inicial, al tiempo que defendía su opinión general sobre el conflicto. Pero las empresas siguieron retirándose de la conferencia, entre ellas Google, Meta, el conglomerado tecnológico alemán Siemens y el fabricante de chips estadounidense Intel.

Jonathan Neman, director ejecutivo de la cadena de restaurantes Sweetgreen, fue uno de los dirigentes de varias empresas que se comprometieron a no contratar nunca a estudiantes de Harvard que pertenecieran a grupos que suscribieron una declaración en la que se culpaba a Israel de la violencia.

El despacho internacional de abogados Winston & Strawn rescindió una oferta de trabajo a un estudiante de la Universidad de Nueva York que escribió un mensaje en el boletín de la Asociación de Abogados de Estudiantes en el que decía que Israel era el único culpable del derramamiento de sangre.

El Council on American-Islamic Relations, un grupo islámico de derechos civiles, denunció la reacción contra los estudiantes y las declaraciones de los líderes empresariales estadounidenses que “carecen de cualquier muestra significativa de simpatía hacia los civiles palestinos”.

Estas reacciones combinadas, según la organización, están dejando “a los palestinos y a quienes apoyan los derechos humanos palestinos aislados en su lugar de trabajo y temerosos de posibles consecuencias” por hablar de cómo les ha afectado el conflicto.

Isra Abuhasna, científica de datos en la zona de Chicago, fue una de las profesionales que expresaron pensamientos similares en las redes sociales, afirmando en un post de LinkedIn que estaba “arriesgando toda su carrera” al expresar sus opiniones sobre el conflicto.

Abuhasna, una palestino-estadounidense que ha trabajado para una inmobiliaria y otras empresas, pero que recientemente se tomó un descanso para quedarse en casa con sus dos hijos pequeños, dijo que teme que sus publicaciones dificulten la búsqueda de un nuevo empleo. Pero afirma que sus padres la educaron para que se sintiera orgullosa de la causa palestina y la defendiera.

“Es mi identidad”, dijo Abuhasna. “¿De qué me sirve mi trabajo si comprometo mi propia moral y ética?”.

Una de las mayores disputas estalló en Starbucks después de que Starbucks Workers United, sindicato que representa a 9 mil trabajadores en más de 360 tiendas de Estados Unidos, tuiteara “Solidaridad con Palestina” dos días después del atentado de Hamás. El tuit fue retirado en 40 minutos, pero la empresa declaró que había provocado más de mil quejas, actos de vandalismo y enfrentamientos airados en sus tiendas.

Starbucks interpuso una demanda para impedir que Starbucks Workers United usara su nombre y un logotipo similar. Workers United, el sindicato matriz de Starbucks Workers United, respondió con su propia demanda afirmando que Starbucks difamaba al sindicato al insinuar que apoya el terrorismo. Quiere seguir usando el nombre de la empresa.

El viernes, Starbucks Workers United tuiteó un mensaje más largo en el que denunciaba la “ocupación” de Israel y las “amenazas de genocidio que sufren los palestinos”, al tiempo que condenaba el antisemitismo y la islamofobia.

Las empresas que han mantenido un perfil bajo han recibido críticas.

Allison Grinberg-Funes, que es judía, escribió en un post de LinkedIn que se sentía decepcionada por el hecho de que sus colegas no hubieran tendido la mano inmediatamente después de los atentados de Hamás.

Aunque finalmente lo hicieron, Grinberg-Funes declaró en una entrevista con The Associated Press que sigue decepcionada por el hecho de que su empresa, Liberty Mutual, no condenara públicamente los atentados.

La diseñadora de contenidos de la compañía de seguros, con sede en Boston, dijo que el silencio forma parte de una “falta de apoyo” más amplia a la comunidad judía que ella y sus amigos han observado en el lugar de trabajo.

“Queremos saber que nuestras vidas importan tanto como las de otros empleados a los que se ha mostrado apoyo”, dijo Grinberg-Funes, de 33 años, que tiene familia y amigos en Israel.

Liberty Mutual no respondió a la solicitud de comentarios.

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