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La sangre nunca miente

El padre

Fernando Vargas (padre) se abrió camino en la vida a los golpes. Cuando era un niño, su padre cayó en la cárcel, y desde ese momento su vida fue un infierno. A los 10 años de edad, ya había ingresado en la juvenil por conducta violenta, condenado a estar recluido por un tiempo, y a pagar más de 100 horas de servicio comunitario.

Sentado en una silla, en su gimnasio de North Las Vegas, Fernando termina de vendar a ‘El Junior’ (como él lo llama), y nos comparte, “me propuse ser un padre amoroso con mis hijos, y no repetir la conducta de mi padre ni la de mi padrastro”.

“Gracias a Dios, el boxeo se cruzó en mi camino, y pude enderezar mi vida”, dice el ex campeón del mundo, y sus ojos se humedecen de la emoción al recordar tanto dolor. “En una tarde californiana, andábamos caminando con mi hermano, y conocí a una muchacha que me sorprendió con sus ojos verdes. Cuando regresé a mi casa le dije a mi abuelita, hoy conocí a la madre de mis hijos”, y se sonríe al recordarlo. Corría el año 1995, Fernando y Marta contraen matrimonio, y fruto de ese amor el 8 noviembre de 1996, nace su primer hijo, quien heredaría 18 años más tarde la vestimenta que su padre usó para aquella inolvidable pelea, en la que subió al ring con su hijo en brazos.

El hijo

Fernando Vargas Junior, es un joven que a pesar de practicar un deporte tan rudo como el boxeo, tanto él como su familia, asisten a una Iglesia Cristiana, a la que dedican mucho tiempo de sus vidas. “La fe en nuestro Señor nos cambió la vida”, nos confiesa antes de subir al ring, dejando entrever que los consejos de su padre, han servido de ejemplo. Su incursión en el boxeo amateur fue casi por casualidad. “Una tarde, mi padre me pidió que subiera al ring para ayudarlo a hacer sparring en el gimnasio de nuestra familia, y desde ese día he venido cosechando un triunfo tras otro. Hasta la fecha, cuento con 5 victorias sin conocer la derrota”, declara orgulloso. Hace un mes viajó a Phoenix, Arizona, donde en su cuarta pelea como aficionado, dio cuenta de un rival que lo superaba en 20 libras de ventaja, y logró derrotar por decisión unánime. El fin de semana pasado en el Hotel y Casino Silver Nugget, en función amateur montada por su padre, Fernando Junior le ganó por puntos a Enríquez Randolph, quien vendió muy cara su derrota.

En la esquina de Junior estuvieron Joel “El Cepillo” Casamayor, y el propio Fernando Vargas, quienes apuestan que muy pronto lo podrán subir de categoría amateur a profesional.

Mientras tanto, como todo un joven inteligente, Junior se acaba de graduar de la preparatoria, con honores, e ingresará a UNLV, donde planea continuar sus estudios y recibirse de nutricionista.

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