‘Intenta tolerarlos”: el aumento de saltamontes no es extraordinario, según un experto
Es posible que los habitantes de Las Vegas hayan salido a la puerta de su casa esta semana y hayan escuchado un crujido inesperado bajo sus pies.
Pero, en lugar de pisar una crujiente hoja de otoño, levantaron el zapato y encontraron los restos aplastados de un saltamontes de 1.5 pulgadas.
Según Jeff Knight, entomólogo estatal del Departamento de Agricultura de Nevada, los saltamontes son más activos en el exterior a medida que aumentan las temperaturas, pero su número en el valle no es nada fuera de lo normal después de un invierno inusualmente húmedo.
Incluso el “enjambre” de saltamontes que descendió sobre el valle en 2019 no fue algo enédito.
“Hemos visto estos brotes claramente en los años 60, por lo que no es nada nuevo”, dijo Knight.
Es posible que la gente vea más saltamontes ahora porque los insectos están buscando comida, pero no hay un número anormal de saltamontes eclosionando, según Knight.
Los saltamontes se vuelven más activos cuando las temperaturas superan los 55° F. Cuando hace mucho calor durante el día, los insectos tienden descansar y salen por la noche, a menudo congregándose alrededor de la luz ultravioleta.
Muchos recordarán cuando los saltamontes pululaban por el centro, cerca de El Cortez, pero los saltamontes, tal como los verdaderos locales, prefieren alejarse del Strip y merodear por Summerlin, Anthem y North Las Vegas, dijo Knight.
“Prefieren estar en el desierto”, afirma Knight.
El Estado no tiene constancia del número exacto de saltamontes que hay en Las Vegas porque estos insectos no causan daños a los cultivos, aunque a veces se aprovechan de los jardines de las casas, explicó Knight.
“No tenemos una buena idea de cuántos hay, y ahora todos tienen alas y se mueven, por lo que sería muy, muy difícil poner una cifra”, dijo Knight.
Los saltamontes no son un problema de salud ni para los animales ni para las personas, pero si te resultan molestos y quieres mantenerlos alejados, Knights dice que puedes apagar las luces del exterior por la noche, o cambiarlas por un foco cálido o un foco de baja intensidad ultravioleta para evitar que se queden cerca de la puerta de casa.
“Lo mejor es intentar tolerarlos”, afirma Knights.
