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Sobre nutrición: Qué hacer y qué no hacer en la alimentación infantil

Hace poco tuve una conversación con una joven mamá que se sorprendió al escuchar algunas de las nuevas directrices para la alimentación de los bebés en las actuales Guías Alimentarias para los estadounidenses, 2020-2025 (www.dietaryguidelines.gov). Las recomendaciones son actualizadas cada cinco años por los Departamentos de Agricultura y de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

Según los expertos, una de las mejores formas de iniciar al lactante en el camino de una nutrición sana para toda la vida es alimentarlo exclusivamente con leche materna durante al menos los seis primeros meses de vida.

A partir de los seis meses, hay que seguir dándole leche materna o preparados para lactantes enriquecidos con hierro y empezar a introducir alimentos complementarios ricos en nutrientes. A los seis meses son especialmente importantes los alimentos ricos en hierro y zinc, minerales necesarios para el rápido crecimiento del sistema nervioso y la función inmunitaria del bebé. (Normalmente, los bebés nacen con suficiente hierro almacenado para unos seis meses. Por eso necesitan fuentes adicionales después de este tiempo).

Entre los alimentos ricos en hierro recomendados están los cereales infantiles enriquecidos con hierro, las carnes y los mariscos. Los alimentos ricos en zinc son los cereales infantiles enriquecidos con zinc, la carne y las legumbres.

¿Por qué la carne? Este grupo de expertos ha reconocido que se trata de un alimento rico en nutrientes, que contiene hierro, zinc, proteínas y otros nutrientes en cada bocado.

Además de estos alimentos, se recomienda a los padres que den a su bebé una variedad de sabores, texturas y grupos de alimentos, como frutas, verduras, huevos y yogur.

He aquí una nueva recomendación: En lugar de evitar alimentos potencialmente alergénicos como los cacahuates, el trigo, los mariscos y la soja, introdúzcalos junto con otros alimentos alrededor de los seis meses. Las investigaciones han demostrado que introducir estos alimentos en el primer año de vida puede reducir la probabilidad de que aparezca una alergia. Consulta al pediatra de tu hijo para saber cuál es la forma más segura de hacerlo, sobre todo si tu pequeño tiene un riesgo elevado de padecer alergias.

También hay algunas “cosas que no se deben hacer” en la alimentación de los bebés.

No introducir alimentos sólidos antes de los cuatro meses. Los bebés deben estar preparados, desde el punto de vista del desarrollo, para tragar mostrando estas señales:

- Pueden controlar el cuello para que la cabeza no se tambalee.

- Puede sentarse solo o con ayuda.

- Puede llevarse objetos a la boca.

- Intenta agarrar objetos pequeños.

- Puede tragar alimentos de consistencia infantil sin expulsarlos.

No alimentes a los lactantes con miel cruda o cocida hasta después del año de edad. Los bebés pueden enfermar gravemente o morir si la miel contiene Clostridium botulinum, el organismo causante del botulismo.

No le des alimentos que no hayan sido pasteurizados (tratados con calor para eliminar las bacterias nocivas), como jugos, leche, yogur o queso sin pasteurizar.

No cambies la leche materna o de fórmula infantil por leche de vaca normal hasta que tu hijo cumpla 12 meses. Hasta entonces, su tubo digestivo no está lo bastante maduro.

No le des alimentos con los que pueda atragantarse, como salchichas, dulces, frutos secos, zanahorias crudas, uvas, palomitas o trozos de mantequilla de maní.

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