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La sombría realidad de la educación en México

Más allá de un gusto o una afición, la cifra de jóvenes mexicanos que dejan la escuela aún antes de terminar el bachillerato se mantiene preocupantemente alta, por encima incluso del promedio en toda América Latina, y generalmente obedece a que los chicos consideran que estudiar no les ayudará a encontrar un buen trabajo.

De cada 100 estudiantes mexicanos que ingresan a la primaria, solo 46 terminarán el bachillerato. La tasa de graduación, del 47 por ciento, está por debajo del promedio de América Latina, que es de 52%, y muy por debajo de los países de la OCDE, que es de 84%, según un nuevo estudio realizado por el Banco Mundial.

Además, en apenas 20 años, la deserción escolar ha bajado el 30 por ciento a nivel del bachillerato en el país, según el mismo estudio.

México ha logrado avances en la cobertura de la educación básica. Por dar un ejemplo, la deserción escolar a nivel primaria prácticamente ha desaparecido, lo que significa que el total de alumnos que se inscriben, concluyen este nivel educativo. Sin embargo, cuando de preparatoria o bachillerato hablamos, muchos jóvenes no terminan con esta educación.

Los expertos consideran este punto como particularmente preocupante debido a que la edad oficial para recibir esta instrucción—de los 15 a los 18 años—es esencial en la formación de los individuos.

“Tener muchos adolescentes fuera de la escuela tiene consecuencias importantes. Dejar la escuela temprano limita las habilidades que las nuevas generaciones están llevando a la fuerza laboral, lo cual afecta los niveles actuales de productividad”, cita la web de El País a Raja Bentaouet Kattan, una de las autoras del estudio del Banco Mundial.

Pero si bien el no terminar el bachillerato tiene consecuencias académicas, las finanzas también se ven severamente afectadas. No concluir la preparatoria impide acceder a la educación, lo cual se vuelve preocupante si se toma en cuenta que un mexicano con preparación superior tiene un sueldo superior en unas 3.5 veces a quien solo ha completado la educación secundaria. Además, en el sector formal de la economía mexicana trabaja el 50 por ciento de quienes terminaron el bachillerato, y al 37% de quienes no lo concluyeron.

Y si los jóvenes dejan la escuela entre los 15 y 18 años de edad, tienen también un riesgo mayor de caer en adicciones.

Bentaouet Kattan añade que “en estados con PIB per cápita más bajo y mayor informalidad, las tasas de deserción eran más altas, lo que sugiere que si el mercado laboral no ofrece oportunidades de empleos con beneficios y otros elementos deseables, hay menos incentivos para (que las familias) continúen invirtiendo en educación y terminar la escuela media superior”.

Y mientras en América Latina la principal razón para dejar la escuela es la falta de interés de los jóvenes (32.2%), en México la mayor razón es educativa (casi 43%), pues los jóvenes consideraron que la educación no es útil a la hora de encontrar un trabajo. De cerca le siguen las razones económicas, con casi 36 por ciento.

“Las recomendaciones generales basadas en el análisis, serían seguir enfocándose en la educación media superior en México, considerando el reto y lo que significa”. Las experiencias internacionales se enfocan en que la solución debe ser una mezcla de estrategias como orientación vocacional, incentivos a la educación superior, estrategias curriculares y atención especial individualizada para los jóvenes en riesgo.

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