WHITE HOUSE DOWN

Una buena dosis de acción nos trae este thriller de Roland Emmerich ( Independence Day) con su grandilocuente asalto terrorista a la Casa Blanca y con un Presidente de la raza negra, encarnado por un orgulloso Jamie Foxx, en titánica lucha por salvaguardar a la nación y al mundo.

Pero mientras el emblemático edificio de Washington sucumbe bajo las garras del grupo de criminales, la vida del Presidente cae en mejores manos, las del hombre que, paradójicamente, no había aprobado la entrevista para ser aspirante a agente del Servicio Secreto, John Cale (Channing Tatum), en un encuentro sostenido con la jefa de la seguridad (Maggie Gyllenhaal). La otra pieza dramática de esta historia es una avispada niña de 11 años (Joey King), a quien su padre Cale ha dado como regalo un pase a lo que representa para ella la casa de sus sueños.

Tras vertiginosa escaramuza por los recovecos de la mansión presidencial, los terroristas ganan franca ventaja de fuerza junto a la reveladora sorpresa –para el espectador– de la identidad del hombre al que tienen por cabecilla.

Con la inclusión en la historia de rehenes y esta niña huyendo por los pasillos y oficinas del recinto –que aún tiene el coraje de captar y enviar al mundo imágenes de los terroristas por su teléfono celular– tiene buen motivo el guionista James Vanderbilt para mantener rodeada aunque fuera de la casa atacada a todo el aparataje defensivo del país, y es este inverosímil trío integrado por el Presidente, un guardaespaldas con gris hoja de estudios y su fervorosa hija, el pequeño “ejército” con el que cuenta la nación para librar la batalla contra sus atacantes.

El filme, de jugoso presupuesto y escasa originalidad, viene servido con muestras de fervor patriótico que como remate emocional exhibe el afectado recurso de una niña en medio de un cruce de fuego enarbolando la bandera estadounidense para intentar salvar a su Presidente.

En la cinta se agradecen mejores momentos, como el que desencartona al jefe de la nación en zapatillas deportivas que en hilarante arranque de ira se quita de encima con enérgicos zapatazos al atrevido terrorista que ha intentado estropearle sus Jordans.

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