En mi show dranancy.com hablamos sobre este tema “Entre mujeres”. Hace muchos años, en una reunión a la que asistía con mi esposo, una persona habló sobre su operación de próstata. La consecuencia fue una disfunción eréctil. O sea, que la “tripita” (el pene) no funcionaba, ya no tenía erecciones.
También le quitaron la testosterona, para empeorar la respuesta sexual, ya que dicha hormona aumenta el deseo, entre muchas cosas más. Él decía que eran felices así; pero yo, que estudié Programación Neurolingüística, miré el lenguaje no verbal de la esposa. Tenía los ojos llenos de lágrimas y su cara hablaba de rabia, de sentirse no tomada en cuenta. Su silencio lo decía todo.
Este es el mejor ejemplo de cómo las parejas fracasan por falta de comunicación. En esa situación, él decidió por ella y puso fin a la vida sexual de ambos. Sus expresiones confirmaban que esta mujer no era feliz así.
Las mujeres no necesitamos la penetración, los hombres sí. Pero este hombre nunca tomó en cuenta lo que su esposa pensaba y sentía. Esta es una forma de agresión a la pareja.
Recuerde que todo ser humano necesita llenar tres necesidades en pareja:
Sentirse amado.
Sentirse comprendido.
Sentirse cuidado.
Si esto no se cumple, la pareja se desmorona. Sin comunicación es imposible llenar esas necesidades. Las relaciones de pareja son como un campo minado: cualquier error al pisar hace que explote una bomba. En la pareja estamos bregando con todo lo que vivimos en la infancia, con los temas no resueltos de la niñez, la autoestima, las emociones y los afectos.
Si no estamos conectados —y con nuestras necesidades afectivas llenas—, con excelente comunicación y emocionalmente bien con el otro, el deseo se va. El sexo es comunicación. Si no la hay, se va el deseo, afirma Mary Santana.
Dígame cómo le va en el sexo y le diré qué matrimonio tiene. El problema es cuando el sexo es tomado como venganza. La Dra. Banchero cuenta de una mujer que pelea con su marido, y en venganza no tiene sexo con él durante un año. Finalmente, él busca una amante. Siguen juntos, pero ella solo tiene sexo con él una vez al año, como castigo.
Otros manipulan con el sexo. A veces, la mujer o el hombre usan la sexualidad como arma de guerra. Pero, ¡eso no funciona, solo destruye a las parejas!
Murray Bowen habla de “diferenciación”, que no es más que ser uno mismo, un ser sólido que actúa según sus creencias y valores. Si la mujer o el hombre no pueden actuar tal cual son, el deseo se va. Ojo con esto.