¿Por qué algunas familias están recurriendo a opciones escolares híbridas? Entiéndase híbrida como una mezcla de estilos para educar a nuestros hijos en el hogar, pero combinada con nuevas tecnologías y facilitadores presenciales en un salón de clases. A través de una serie de encuestas, el Dr. Michael Q. McShane, ex maestro de secundaria, encontró cuatro grupos potenciales de padres interesados en una educación de este tipo:
Los padres que pertenecen a una minoría. Muchos padres latinos, afroamericanos y asiáticos creen que las escuelas tradicionales no reconocen ni respetan el potencial de sus niños. De hecho, un estudio publicado por la revista EdWeek reveló que esta creencia no es del todo descabellada, sino que está basada en un problema real de racismo institucionalizado.
Así, los padres que buscan pasar a sus descendientes sus tradiciones y valores, optan por alejarse de un sistema que —por lo general— carece de un contenido diverso y/o culturalmente relevante. Para enseñar el legado de sus raíces y hacerlo de una manera no muy costosa, estas familias adoptan una fusión de currículo diseñado para la enseñanza en el hogar, pero con la ayuda de un educador que llena las lagunas de mamá y papá.
En ocasiones, las escuelas públicas ofrecen estas clases híbridas, lo cual significa que el servicio es gratuito. En otros casos, se forman cooperativas de padres que pagan un local y un docente de carrera, quien es responsable de mantener un alto rigor académico.
Los padres con creencias religiosas no alineadas con programas de educación sexual. Aquí no vamos a cuestionar la validez (o falta de) dicha premisa. Simplemente nos limitaremos a reconocer que entre las familias cristianas ortodoxas existe un apetito por limitar la exposición que sus hijos reciben en lo relativo a temas como la orientación sexual, el género y la libre expresión de identidad no-binaria.
Por esta razón, buscan otra alternativa, que puede ser el resultado de comunidades organizadas en torno a la iglesia, dado que coinciden con su sistema de creencias. Es posible que pagar la matrícula de una institución religiosa privada sea una solución demasiada costosa para algunos cristianos de clase trabajadora. De ahí que el modelo híbrido tenga más sentido en función de su presupuesto.
Los padres cuyos niños sufren de una discapacidad, de acoso escolar o no se adaptan a los horarios escolares. En estos casos, el modelo híbrido representa un refugio, ya que los padres tienen mayor participación a la hora de controlar el medio-ambiente y las interacciones. Si el estudiante es muy sensible al ruido u otros estímulos sensoriales, la intimidad que ofrece un sistema híbrido puede ser una solución viable para socializar sin sobresaturarse.
Variedad. Para muchas familias, el contenido y estilo de la pedagogía es la causa principal para explorar un modelo de educación distinto. Project-based learning es una manera de enseñar a los niños envolviéndolos en un trabajo práctico que es aplicable a situaciones de la vida real. Muchas escuelas que emplean este acercamiento son caras y privadas. Para este segmento de padres que rechazan el statu quo, el modelo híbrido permite que “maten dos pájaros de un tiro”: elegir la filosofía pedagógica de su agrado y mantener un costo razonable.