Los ácidos grasos son la esperanza para que el ser humano alargue su vida de manera sana, y potencialmente pueda llegar como media a los 95 años de edad. Últimamente, ha habido un boom en el uso de ácidos grasos, entre ellos, los omega 3 o también llamados ácidos grasos poliinsaturados, para las enfermedades cardiovasculares, preferentemente.
Estos minimizan el riesgo de trombosis y el deterioro de las arterias, bajando la posibilidad de eventos cardiovasculares fortuitos. Pero hay mucho más: los omega 3, 6 y 9 constituyen el trío de oro para alargar la juventud de manera considerable, hasta tal punto que personas con 55 y 60 años tienen la apariencia y el vigor de los que antes tenían 30.
El mundo está cambiando y la también población cambia. Y, en especial, el omega 3 es uno de los principales culpables. Las personas que consumen o se suplementan con niveles responsables de omega 3, tienen una menor incidencia y prevalencia de cáncer. Esto se debe, fundamentalmente, a que previene el desarrollo de células tumorales. ¿Cómo? Ayuda a la inactivación de radicales libres que provocan mutaciones no deseadas del ADN y defectos de la transcripción del ARN.
La otra maravillosa función de los omega 3 es que inactiva y frena las células metástasticas. Forma una cápsula peritumoral y alcaliniza la sangre para hacer más difícil la exportación de células tumorales.
Otras funciones del omega 3 son: antiinflamatorio general, mejora y elimina el dolor articular, mejora la vista, impide el deterioro cognitivo, regula los niveles de colesterol malo, disminuye las arrugas y mantiene la piel luminosa, eleva la fortaleza del sistema inmune, combate el estrés psíquico y celular, mejora la fuerza y la resistencia muscular y ayuda a mejorar la potencia sexual y la calidad del esperma.
Se recomienda tomarlo combinado con los omega 6 y 9: dos partes de omega 3, una parte de omega 6 y media de omega 9, sin sobrepasar un gramo diario de omega 3. Recuerde que, para implementar cualquier cambio, siempre consulte a su médico personal.