Lo que vi en nuestra frontera

La semana pasada, tomé un recorrido de la frontera entre Estados Unidos y México en el condado de El Paso. Crucé el puente del Paso del Norte a Ciudad Juárez y regresé a EE.UU. para recrear el trayecto de las familias que buscan asilo. Recorrí el centro de detención de Tornillo en Texas, el sitio del campamento que detiene a niños migrantes no acompañados y niños quienes han sido separados de sus padres. En ambos lugares, vi por mi propia cuenta los efectos de la política de separación de familias de la administración de Trump y el impacto angustiante que ha tenido para los niños y las familias.

Nada podría haberme preparado para ser testigo del impacto humano de las brutales políticas de la administración de Trump. En Tornillo, el ver a estos menores solos sin tener idea de lo que les ocurrirá fue muy perturbador. Están en un lugar desconocido lejos de sus familias y amistades. Sus duchas y baños están afuera en trailas de carga. El campamento se parece más a una instalación militar en un país extranjero que un lugar para cuidar niños en EE.UU.

En El Paso, también recorrí un centro de procesamiento y detención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en donde detienen las familias que buscan asilo y los niños migrantes no acompañados. Vi a familias inmigrantes detenidas en lo que parecían mucho como celdas de cárcel, y a niños no acompañados detenidos en espacios vacíos por varios días. Ahí es donde comen, duermen y esperan saber dónde los enviarán enseguida. Están ansiosos y sin esperanza.

No podemos olvidar que la separación de estas familias es la consecuencia de una decisión de política consciente. El presidente Trump y sus asesores sabían exactamente el nivel de daño que les infligirían a estos niños inocentes y a sus padres. Esta política, basada en la deshumanización de los migrantes y la provocación de temores xenófobos, probablemente les dejará a estos niños con cicatrices profundas que los perseguirán por todas sus vidas. Tenemos que hacer responsable a la administración de Trump por haber elegido una política maliciosa y equivocada diseñada para intimidar a los migrantes a que abandonen sus casos de asilo.

Me rehúso a no hacer nada y permitir que esto ocurra. Por eso ayudé a introducir la Ley Mantener las Familias Unidas en el Congreso – un proyecto de ley que corrige la política de separación de familias de la administración de Trump. Además, he trabajado con mis colegas en la Cámara para exigir respuestas de la administración de Trump sobre cómo planean reunificar a las familias separadas por esta brutal política de separación de familias.

Estos niños no son criminales. Huyen de violencia inimaginable en sus países y buscan la seguridad, y sus familias vienen a EE.UU. debido a la desesperación por su propia supervivencia. Tenemos que abordar esta crisis humanitaria directamente. Esto significa reunificar familias inmediatamente y aprobar una solución integral bipartidista para arreglar nuestro sistema migratorio roto. Necesitamos acción ahora.

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