México está otra vez en los primeros planos internacionales, al recuperar la presencia perdida desde que nos hicimos chiquitos. El viaje del presidente Peña a Nueva York nos confirma el interés de la comunidad financiera y de los liderazgos mundiales por escuchar la experiencia mexicana, luego de un maratónico proceso de reformas que nos van a cambiar la cara como país.
La gira estuvo bien diseñada por el canciller José Antonio Meade y por el embajador de México en Washington, Eduardo Medina Mora, por lo que a pesar de haber en la Gran Manzana casi un centenar de presidentes, primeros ministros y cancilleres, Peña Nieto tuvo una especial notoriedad.
Durante la gira, el tema de la seguridad no ha sido el dominante, ni mucho menos el único del cual estén interesados en oír los líderes mundiales.
“Desnarcotizar” la agenda de México ha sido un éxito notable, pues hasta hace poco sólo se hablaba de nuestro país como un sinónimo de barbarie, mucho más próximo en su conflictiva a los países de la franja del Sahel en el África subsahariana, que a una economía a la que hay que tomar en cuenta por lo que trae consigo.
Ese cambio no es producto sólo de la destreza diplomática, sino también, y con mucho, de la capacidad que tuvo el país para aprobar reformas estructurales, en democracia y sin crisis, con el concurso de todas las fuerzas políticas.
Se acabó el trabajo cupular, de acordar con los partidos y los líderes en el Congreso los cambios a realizar, y viene ahora una nueva etapa de gobierno que será mucho más vistosa en términos mediáticos.
Como se lo dijo el presidente Peña al director de EL FINANCIERO, Enrique Quintana, en la entrevista que le concedió en el marco de esta visita a Nueva York: “creo que habrá una mayor visibilidad en la implementación de las reformas”.
De entre las actividades presidenciales en la urbe de hierro, tomó la reunión sostenida con los integrantes de “The Economic Club” de Nueva York, a quienes exhortó a invertir en México, como un destino confiable. “Los cambios legales que se llevaron a cabo en el país son buenas noticias para México, pero también para un mundo observado que busca a dónde expandirse para invertir”, expuso.
Lo anterior es particularmente relevante a la luz de la crisis económica internacional, en la que Brasil ya bajó su estimación de crecimiento del PIB por debajo del uno por ciento, y Rusia, China e India atraviesan por dificultades. México, en cambio, sí se mueve. Hay motivos para voltear a verlo.
A comienzos del próximo año, informó Peña Nieto, se darán a conocer las zonas comprendidas en la ronda uno, para que las grandes empresas extranjeras se preparen para invertir y trabajar en el sector hidrocarburos de nuestro país.
La reacción de la minoría opositora a las reformas en México ha sido la esperada: Peña Nieto fue a ofrecer el país al mejor postor en Nueva York.
No podían decir otra cosa. Y si nadie hubiese puesto atención a la gira del presidente, habrían festejado que “Peña Nieto pasa desapercibido ante los líderes mundiales”. Buena noticia es, pues, que estemos otra vez como un atractivo en el escaparate internacional.