Debemos estar alertas ante la pérdida de memoria, el olvido de algunas palabras y cualquier sintomatología de disminución de la rapidez de pensamiento y acción, ya que el Alzheimer u otras enfermedades degenerativas pudiesen ser la causa.
En mi práctica médica he visto muchos casos de deterioro de la capacidad cerebral, que pueden ir desde una demencia simple hasta un Alzhéimer profundo. Y cada vez estoy mirando que se hace más frecuente, incluso en los no tan mayores.
El Alzheimer o la enfermedad del olvido es una destrucción difusa y a veces focal de territorios del cerebro. Zonas que quedan desconectadas y que pierden información, quedando aisladas en grupos de neuronas enfermas.
¿Cuáles son los signos de alarma o sintomatología precoz?
El Alzheimer, en principio, ocurre más en la tercera edad. Su causa principal es genética, pero hay que alertar sobre los factores de riesgo ambientales y nutricionales.
Sus síntomas tempranos son cambios de carácter, olvido de palabras y nombres que conocemos, mucho sueño en el día, actividad e irritabilidad nocturna, temblores finos de dedos, manos y pies, pérdida de sensibilidad táctil y problemas con la ubicación geográfica, entre otros.
Los factores de riesgo son obesidad, diabetes mellitus, malos hábitos alimentarios, exceso de grasas trans e hidrogenadas de origen animal o vegetal, la herencia haber tenido padres o abuelos con demencia senil, realizar pocas actividades intelectuales o enfermedades crónicas en general.
En un estudio estadístico se objetivó que, en países asiáticos como China, Tailandia, India, Japón o Corea, los casos de demencia senil y Alzheimer, en general, eran menores que en el primer mundo occidental. Aquí juega un gran papel el estilo de vida y la alimentación sana, de tipo vegetal. Sin embargo, a medida que penetran las industrias con alimentos procesados, la gráfica cambia hacia un moderado aumento de estas enfermedades.
Consejos útiles:
-Comer sano, preferentemente vegetal
-Limitar las grasas animales
-Hacer caminatas de 5 a 10 km, al menos cada dos días
-Reunirse con amigos y disfrutar de más relaciones sociales
-Practicar gimnasia cerebral (jugar ajedrez, videojuegos)
-Vigilar el cerebro mediante test de comprobaciones de la función cerebral.
La suplementación es también importante. Hay que mantener niveles óptimos de vitamina B12 y del aminoácido colina. El magnesio, el zinc, el yodo y los Omega 3 ofrecen ventaja nutritiva, así como el té verde y la pimienta cayena. Recuerda que cualquier cambio en tus rutinas de suplementación, debes consultarlo siempre con un médico.