Nancy Pelosi señaló una vez que el Congreso tenía que aprobar el Obamacare “para que se pueda saber lo que contiene”. Eso podría ser lo más caritativo que se puede decir de la hilarantemente llamada Ley de Reducción de la Inflación que ahora se está filtrando en el Senado.
La semana pasada, el senador Joe Manchin, demócrata por West Virginia, anunció que había llegado a un acuerdo con el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, sobre una versión muy reducida de la legislación “Build Back Better”, que el primero había prácticamente eliminado en la cámara alta.
Sin embargo, en este momento, los detalles que rodean las propuestas políticas contenidas en el proyecto de ley siguen siendo oscuros. Basta decir, sin embargo, que incluye grandes aumentos de impuestos -aparentemente a las empresas y a los “ricos”-, toda una serie de apoyos a la energía verde y controles destructivos de los precios de los medicamentos. También se supone que reducirá el déficit.
Esto último plantea una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que los demócratas aplicaron el ahorro monetario a la deuda en lugar de gastarlo? Si crees que este proyecto de ley representa una perspectiva fiscal extremista, tenemos una propiedad frente al mar en Gabbs que podría interesarte.
En cuanto a la inflación, el Modelo Presupuestario Penn-Wharton, que hace números sobre los supuestos legislativos del Congreso, concluyó que el proyecto de ley aumentaría los precios a corto plazo y que, en general, “el impacto sobre la inflación es estadísticamente indistinguible de cero”. Pero el nombre sí que suena bien en los anuncios políticos. ¿Cinismo sin límites, alguien?
Lo que se sabe de las letras pequeñas, sin embargo, no debería ser alentador. La propuesta subvencionaría a los estadounidenses ricos que compren Teslas y aumentaría el presupuesto del IRS para que los agentes puedan perseguir más agresivamente a los contribuyentes de clase media. También incluye miles de millones en donaciones a los intereses energéticos, tanto a los productores de combustibles fósiles como a los ecológicos. El senador Manchin, recuerda, representa a Virginia Occidental, que depende del carbón. “La legislación es tan amplia y tiene tanta protección corporativa que ha sido apoyada por -entiéndase- Exxon Mobil y el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales”, señaló Robert Bryce para realclearenergy.org.
El senador Manchin y la Casa Blanca insisten en que los estadounidenses promedio no verán aumentados sus impuestos con esta propuesta, en parte gracias a los numerosos programas de transferencia de riqueza que permite el proyecto de ley. Sin embargo, el aumento de los impuestos a las empresas repercutirá en los consumidores en forma de aumento de los precios y de reducción de los salarios de los trabajadores.
Maya MacGuineas, presidenta de Committee for a Responsible Federal Budget, dijo a The New York Times que la legislación era “una mejora monumental” respecto a Build Back Better. Ya veremos. Pero una cosa es segura: Los demócratas quieren aprobar esta propuesta lo antes posible como antídoto de la temporada de campaña para las toxinas que han vertido sobre la economía durante los últimos 20 meses. Y solo entonces descubriremos realmente lo que contiene.