¡Ya llegan los preparativos para el regreso a la escuela!
Para nuestros niños, que han estado disfrutando de la libertad de acostarse a deshoras, no hacer tareas o dormir tarde en la mañana, este advenimiento representa un ajuste en las rutinas. Los padres, a su vez, también pasan por un proceso de aclimatación. Para arrancar con buen pie, aquí compartimos algunas ideas que te ayudarán a prepararte para la ocasión.
Si tu niña(o) va a pasar por una transición de pre-kínder a kínder, o de primaria a intermedia, haz planes de visitar la escuela antes del día de apertura. Conoce el plantel, familiarízate con el personal y especialmente con los maestros, a quienes puedes dejarles una foto de tu hijo con una lista de las cinco cosas más importantes que entiendas deban saber sobre ella o él.
Por ejemplo: es sociable, es bueno para las matemáticas, necesita comer cada tres horas, aprende haciendo en vez de oyendo, ama pintar. Además, comparte tu información personal con datos precisos y actualizados, para que sepan cuándo y dónde encontrarte.
Habla con franqueza de los obstáculos o limitaciones que el estudiante pueda tener. El educador no tiene por qué empezar desde cero, tratando de adivinar qué estilo de aprendizaje es preferible para tu niño. Dile cuáles son los riesgos de seguir una estrategia determinada. Explícale las necesidades únicas que tiene, a fin de que pueda crear un sistema de soporte y servicios que se ajuste al niño.
Si el estudiante tiene un Plan Individualizado de Educación (IEP, por sus siglas en inglés), lleva un par de copias, compártela con la maestra y explícale qué observaste el año anterior mientras seguían el plan: ¿fueron alcanzables las metas?, ¿quedaron cosas pendientes?, ¿era el marco de tiempo adecuado?
Asegúrate de que las aptitudes del niño y la data de los test estandarizados se correspondan y representen la verdad. Si observaste que los resultados no reflejaban con acierto dónde realmente está el estudiante, pide una reevaluación lo antes posible. Supongamos que, de acuerdo con los exámenes, tu hijo presenta un nivel de lectura a la altura de su grado/edad. No obstante, sabes que en casa lee con torpeza, sin fluidez. En un caso así, puedes pedir que se vuelva a medir su rendimiento. Esto proporcionará una base más realista desde la cual empezar el nuevo grado.
Muchas escuelas incurren en la promoción social, que es una triste artimaña para pasar de curso al estudiante, aun cuando no está listo para ello. Creen algunos administradores que retener al estudiante empaña los datos de logros de la escuela. Para lucir mejor, optan por pasarlo al próximo nivel. En consecuencia, el niño avanza plagado de lagunas que le impedirán rendir académicamente en un grado todavía más complejo y difícil que el anterior. Y esto empeora sus posibilidades de éxito a largo plazo. Por eso, no temas cuestionar los resultados y aboga por remedios.
Finalmente, no faltes al open house, que es la ocasión para escuchar las reglas y expectativas que se esperan del niño y sus padres. Y escribe todo lo que te digan en un cuaderno o en tus notas digitales, porque es importante mantener un historial de tus comunicaciones con la escuela y los maestros. ¡Bon Voyage y feliz inicio del año escolar!