El dolor es la más cruel de las sensaciones que causan malestar emocional, deterioran la vida saludable y hacen que el día a día sea una cuesta muy dura de superar.
Hoy en día, es el síntoma más común en nuestra sociedad, ya sea orgánico o emocional. De forma general se expresa cuando hay un mal funcionamiento o sobrecarga por una enfermedad adquirida (infecciones por enfermedades crónicas, degenerativas, neoplásicas, traumas leves o complicados o desequilibrios ácidos básicos en el organismo).
Existen muchos más, pero nos enfocaremos en la causa más común de dolor en la consulta de urgencias médicas: el de origen osteo-muscular.
Todos conocemos la artrosis y sus consecuencias, que al final terminan en un síndrome doloroso permanente. El paciente vive largos años deteriorándose, y llega a una depresión marcada.
Se han usado múltiples fármacos para frenar o mitigar estos síntomas, tales como los corticoesteroides, los antiinflamatorios (AINES), los opiáceos, los bloqueadores neuronales o las anestesias locales, con un resultado de alivio moderado, pero siempre persistiendo el dolor.
Hasta que los médicos y el personal de salud no lo interpretemos como una manifestación de algún problema, y no aprendamos a atacarlo de forma inteligente con una estrategia, jamás acabaremos o controlaremos el dolor.
Dar medicamentos para aliviarlo, sin estudiar la causa, es como matar moscas a cañonazos. Lo mejor sería ponerles una trampa e inactivarlas.
La solución está en cambiar el método de “todo sirve para todo” y tratar a cada paciente como una situación nueva.
Medidas generales para aliviar el dolor:
-Hidratación correcta: 2.5 litros de agua al día.
-Dormir al menos ocho horas diarias. Si hay algún factor que lo impida, buscar soluciones naturales.
-No intoxicar al organismo con sustancias que nos acidifiquen más.
-Apoyarnos en la cámara de oxigenación hiperbárica.
-Usar la ozonoterapia pautada por un especialista.
-Bajar el consumo de polifarmacia, que no nos está ayudando.
-Tomar una dieta alcalina del tipo 11-2-9.
-Tomar abundantes verduras y frutas.
-Estar relajados y quitarnos estrés y carga emocional.
-Plantas adaptágenas para lograr una ayuda extra.
-Usar el canabidiol como terapia opcional, bajo guía del médico.
-Valorar si hay que devaluar la situación y corregir errores en el tratamiento.
En todos los casos de dolor tenemos el componente de desequilibrio ácido básico y descompensación electrolítica. Esto nos recuerda que somos seres bioeléctricos, llenos de sensores que mandan información constante al cerebro, donde se hace consciente el dolor. Por ello, debemos mantener nuestro medio interno lo más equilibrado posible.