He aquí una buena noticia: los dos países más grandes de América Latina –Brasil y México– han aumentado drásticamente el número de estudiantes que enviaron a las universidades de Estados Unidos este año, y están comenzando a romper el aislamiento académico de la región.
Según el nuevo informe titulado Puertas abiertas del Instituto de Educación Internacional, América Latina es la región del mundo que más ha aumentado su porcentaje de estudiantes en las universidades estadounidenses en 2015.
La región está todavía muy por detrás de China y la India en el número de jóvenes que estudian en universidades estadounidenses, pero está empezando a cerrar la brecha. China tiene 304,000 estudiantes en las universidades de Estados Unidos, y la India, 133,000. En comparación, todos los países de América Latina y el Caribe juntos tienen 86,000 estudiantes en las universidades estadounidenses, según el informe.
El principal motivo del rápido aumento de estudiantes latinoamericanos en Estados Unidos radica en que Brasil y México han lanzado ambiciosos programas de becas gubernamentales, que están empezando a mostrar resultados.
Brasil aumentó sus estudiantes en universidades de Estados Unidos en un 78 por ciento este año, a 23,000 estudiantes, bajo su programa de becas de movilidad científica. Brasil planea enviar 100,000 graduados universitarios a universidades extranjeras, en su mayoría para seguir estudios de postgrado en ciencias e ingeniería en Estados Unidos.
México incrementó su número de estudiantes en universidades de Estados Unidos en un 15 por ciento este año, a 17,000, después del inicio de un programa similar patrocinado por el gobierno.
En otros países latinoamericanos, las cifras no son tan altas. Venezuela cuenta con cerca de 8,000 estudiantes en universidades de Estados Unidos, muchos de los cuales están huyendo del caos político y económico de su país. Colombia tiene 7,200; Perú y Ecuador 2,800 cada uno; Chile 2,500 y Argentina 2,000, según el informe.
China e India, además de tener poblaciones mucho más grandes que los países de América Latina, envían un porcentaje mucho mayor de su población estudiantil al exterior que los países latinoamericanos.
Una de las principales razones detrás de las cifras tradicionalmente bajas de universitarios latinoamericanos en Estados Unidos es la barrera idiomática. Los asiáticos tienden a estar mejor preparados para pasar el examen de inglés para ingresar a las universidades que los latinoamericanos, dicen los funcionarios estadounidenses.
Además, por lo que observé en mis viajes a China e India, las familias asiáticas tienden a ahorrar más para la educación de sus hijos en el extranjero. En muchos países asiáticos se ve la educación universitaria en Estados Unidos no solo como un símbolo de estatus, sino también como la mejor manera de conseguir un buen trabajo.
En muchos países asíaticos hay una cultura familiar de obsesión con la educación –tal vez derivada de la filosofía de Confucio– que todavía no existe en muchos países latinoamericanos.
Además, la retórica antiestadounidense de varios gobiernos de la vieja izquierda latinoamericana ha desalentado a muchos jóvenes a estudiar en Estados Unidos. Mientras tanto, los gobiernos comunistas de China y de Vietnam fueron mucho más inteligentes, y promovieron activamente la formación de sus nuevas generaciones en las mejores universidades del mundo.
Los tres rankings más conocidos de las mejores universidades del mundo, incluyendo el del Times Higher Education Supplement (THE) de Londres y el de la universidad de Shanghai, coinciden en que Estados Unidos tiene la mayor cantidad de las mejores universidades del mundo.
Mi opinión: el tradicional aislamiento académico de los países de América Latina ha sido una de las razones por las cuales la región se ha quedado atrás en innovación, ciencia y tecnología.
Ese es uno de los motivos por los que Corea del Sur, por ejemplo, registró más de 18,000 patentes de nuevas invenciones en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos el año pasado, mientras que los 32 países de América Latina juntos registraron apenas 836 patentes en el mismo registro.
Los países más grandes de América Latina están despertando al hecho de que estamos viviendo en una economía globalizada del conocimiento, en que la ciencia, la tecnología y la innovación son mucho más importantes que los recursos naturales. ¡Esa es una buena noticia!