Ser joven y fuerte da la sensación de poder con todo: sueño profundo y reparador, amaneceres con energías renovadas, erecciones matutinas y mucha hambre de vivir. Pero, llegan los 40 y los 50 y se pierde el deseo de vivir, porque empieza la andropausia masculina.
La única culpable del problema es la testosterona, una estupenda hormona que da fuerza, masa muscular y potencia sexual y anímica a hombres y mujeres. En cuanto sus niveles descienden, comenzamos a perder capacidades.
¿Cuáles son los síntomas de la andropausia masculina? Pérdida de fuerza y de masa muscular activa, lentitud física y mental, dificultad para conciliar el sueño, pérdida del apetito en las mañanas, deseo de comer dulces en las tardes, pérdida de calidad y duración en las erecciones, menos vello púbico y axilar, alopecia repentina, depresión, ansiedad ante las actividades que antes se hacían con normalidad, aumento de peso incluso haciendo dietas, acortamiento y flacidez del pene, eyaculaciones precoces y debilidad del suelo pélvico, entre otras.
¿Cómo remediar y prevenir esta desgracia biológica?
-Lo primero es cuantificar periódicamente los niveles de testosterona libre y conjugada. Hacerse un análisis al menos cada seis meses.
-Ejercicio físico de fuerza, de tres a cuatro veces por semana
-El sillón es nuestro principal enemigo
-Buscar apoyo en la pareja y ayudarse mutuamente
En cuanto a suplementación, buscar complementos que contengan zinc, magnesio, calcio y cobre. Que no falten las vitaminas del complejo B en dosis normales, sin exagerar. Tampoco puede faltar la vitamina E, pues es muy importante para la recuperación testicular.
La arginina es un maravilloso aminoácido que ayuda a llevar sangre a los órganos sexuales. También podemos utilizar hierbas adaptógenas como tribulus terrestris, maca andina, mango africano, ginseng coreano y té verde.
Debemos eliminar para siempre las grasas saturadas que cementan nuestras arterias y nos causan problemas de riego sanguíneo; además de comer frutas, vegetales y hortalizas, y menos carne y leche de vaca.
Todo hombre mayor de 40 años debería hablar con su médico sobre este tema. Y jamás permitir que un profesional le diga que la testosterona baja “es normal” en esas edades. Quizás sea necesaria la reposición hormonal. En la actualidad, hay muchos tabúes sobre esto, pero debemos romper el círculo y actuar.