En la mañana del 11 de septiembre, un miembro del grupo que se llegó a conocer los “Horse Soldiers” estaba entrenando en Fort Campbell, Kentucky, respondiendo a un simulacro de ataque terrorista. Acababa de regresar del Medio Oriente.
Otro miembro, en una unidad diferente del Ejército, se estaba preparando para desplegar allí el 1º de octubre.
Esa mañana, un oficial de inteligencia escribió en la pizarra: “El World Trade Center ha sido impactado”. Una hora después, regresó y escribió: “El segundo World Trade Center fue impactado”.
“Pensamos que era parte del ejercicio”, le comentó el Sargento Mayor Scott Neil, de Tampa, Florida, al la Red Grupal de Empleados Veteranos del MGM Resorts International el martes por la noche en el Vdara.
Pero, allí estaba la escena, en CNN, en el comedor.
Neil, junto con el retirado jefe oficial número cuatro, Robert Pennington, se desempeñó como Boina Verde. Neil pasó 25 años en el ejército. Pennington, que vive en Atlanta, sirvió por 30 años.
Los dos formaban parte del primer grupo de soldados de las Fuerzas Especiales del Ejército de EU enviados a Afganistán menos de un mes después del 11 de septiembre, donde ingresaron en secreto al país a caballo para ir a la guerra contra los talibanes.
Honrado en la zona cero
Un monumento en la zona cero de Nueva York llamado “De Oppresso Liber” rinde homenaje al grupo, que inspiró la película de 2018 “12 Strong”. El martes, contaron sus historias no solo a los empleados veteranos de MGM sino a una sala de aviadores de las Bases Nellis y Creech de la Fuerza Aérea y los Rebels veteranos de la UNLV.
Era una charla llamada “Whisky and War Stories”. Luego, disfrutaron un poco de whisky de la destilería que los dos manejan con otros cuatro Boinas Verdes.
El vicepresidente y jefe de gabinete de MGM, John Flynn, quien también sirvió en la Fuerza Aérea y es coronel en la Guardia Nacional Aérea de Nevada, destacó que la noche se trataba de compartir historias y camaradería en la víspera del 11 de septiembre.
“Sin olvidar que todavía tenemos muchos miembros del servicio en Afganistán”, agregó. “Es importante para nuestra comunidad de veteranos escuchar algunas de estas grandes historias de éxito y tomar esas lecciones aprendidas y aplicarlas a su vida diaria”.
Pennington había pasado unos cuatro años en la década de 1990 entrenando en Nellis con otras ramas militares.
Ese entrenamiento resultó valioso en Afganistán, afirmó. Antes de partir para un despliegue de cuatro meses allí, tuvieron que empacar rápidamente algunos elementos esenciales: papel higiénico, municiones, agua, comida para medio día, baterías para las comunicaciones y un saco de dormir para compartir con tres personas.
Pennington relató que su médico sobrevivió a esa misión pero fue asesinado en Irak.
Hora del vudú
“Imagina tener la misión más secreta, en el terreno más peligroso, con el enemigo más peligroso, y ni siquiera sabes si vas a sobrevivir”, subrayó Neil.
“Básicamente fue un: ‘Ve a hacer ese vudú que sabes hacer tan bien’”, agregó Pennington.
No estaban seguros de si los helicópteros llegarían a la cordillera del Hindu Kush. No estaban seguros de quién era el enemigo.
“¿Quién se ofrecería como voluntario para esa misión? Creo que todos, especialmente si eres un veterano aquí”, respondió Neil.
La misión de Pennington implicó entrenamiento no convencional y poner a los combatientes afganos en la batalla. La misión de Neil era ir detrás de las líneas y matar o capturar a los generales talibanes. Ninguno de los equipos sabía lo que los demás estaban haciendo, en caso de que fueran capturados.
“Para nosotros, este fue el pináculo de los Boinas Verdes”, dijo Pennington. “Somos el único servicio militar entrena en batallas no convencionales”.
Tuve que aprender a montar
Pennington tuvo que aprender a montar a caballo.
“Mi única experiencia fue el caballo frente al Walmart en el que le dejaba caer un par de monedas”, bromeó.
En y cerca de Afganistán, su caballo se doblaría bajo el peso del kit, sus 235 libras y el arma atada.
Pero tuvieron suerte de tener los caballos, señaló Pennington. Con ellos, podrían tomar el terreno elevado y solicitar apoyo aéreo. Montaron de seis a 24 horas al día, coordinando ataques, y recorrieron senderos de aproximadamente cinco mil pies de altura.
Los talibanes se hicieron cargo del gobierno afgano y oprimieron al pueblo de la nación. La única forma en que los civiles podían escapar era esconderse en las montañas y montar a caballo.
Juntos, los Horse Soldiers se unieron a los jinetes afganos que se habían reunido para luchar contra los talibanes. Los jóvenes sargentos se emparejaron con 750 combatientes afganos, que les aconsejaron.
“Eso es lo que nos llevó a la victoria, en mi opinión”, aseguró Pennington.
Pennington y Neil formaron la American Freedom Distillery, con sede en Ohio, en 2015, creando un whisky llamado Horse Soldier.
Nunca olvidarán el 11 de septiembre, que comenzó la historia de los Horse Soldiers.
“Es un día de recuerdo. Para esta generación, es nuestro Pearl Harbor”, concluyó Neil. “Realmente nos ha definido. Lo que me encanta de lo que estamos haciendo ahora es hablar de cómo hemos resucitado desde el 11 de septiembre”.