El número de personas que padecen hambre a nivel mundial ha disminuido en más de 100 millones en la última década, pero todavía cerca de 805 millones, es decir, uno de cada nueve habitantes del planeta, no tienen suficientes alimentos.
Son las conclusiones del informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria en el mundo publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y otros dos organismos de la ONU: el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
“En los últimos años hemos realizado un gran progreso en la lucha contra el hambre a nivel mundial, pero sigue habiendo muchas personas que sufren desnutrición”, afirmó el director general de la FAO, José Graziano da Silva, durante la presentación del informe.
A su juicio, “hay alimentos suficientes en el mundo como para alimentar a todos”, por lo que es importante que los gobiernos, instituciones, sociedades y empresas colaboren para erradicar el hambre.
El documento señala que “el número de personas que padecen hambre a nivel mundial ha disminuido en más de 100 millones en la última década” y que esta disminución es de “más de 200 millones de personas desde 1990-1992”.
También afirma que esta reducción del hambre en los países en desarrollo es señal de que el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de disminuir a la mitad el número de personas desnutridas en 2015 puede alcanzarse “si se intensifican los esfuerzos”.
“Es importante seguir realizando esfuerzos para terminar con el hambre en el mundo. Juntos podemos hacerlo”, sostuvo la directora ejecutiva del FMA, Ertharin Cousin.
Hasta la fecha, el informe señala que 63 países en desarrollo han alcanzado el propósito del ODM y otros seis se encuentran en la senda de conseguirlo en 2015.
“Esto prueba que podemos ganar la guerra contra el hambre y debemos inspirar a los países a seguir adelante, con la asistencia de la comunidad internacional si es necesario”, escriben en el informe Graziano da Silva, Cousin y el presidente del FIDA, Kanayo F. Nwanze.
Hay regiones que resultan preocupantes
Asimismo, el estudio explica que “el acceso a los alimentos ha mejorado significativamente en países que han experimentado un progreso económico, especialmente en zonas del este y del sureste de Asia” y de América Latina.
“Los países del centro de América Latina y del Caribe aún están más rezagados, pero los países del sur y Perú han logrado una notable reducción del número de desnutridos”, subrayó Da Silva.Así, el documento de este año analiza en profundidad países como Bolivia o Brasil, y los pone como ejemplos en la lucha contra el hambre.
“La lección principal que dan estos dos países al mundo es que han puesto en marcha políticas persistentes en la última década con las que están logrando resultados muy positivos”, aseguró Da Silva.
No obstante, el documento subraya que “a pesar del progreso significativo general, aún persisten varias regiones y subregiones que se encuentran a la zaga” en Asia y en el África subsahariana.
“Sudán del Sur ha sido una región muy fértil y muy propicia que, con los conflictos en los que se ha visto envuelta, ha pasado a no producir y a depender de la asistencia humanitaria. Somos muy pesimistas con el camino que va tomando”, confesó Da Silva.
Las tres organizaciones destacaron la necesidad de “renovar el compromiso político para combatir el hambre de manera coordinada con la sociedad civil y el sector privado”, en palabras del vicepresidente adjunto del FIDA, John McIntire.
Finalmente, el informe hace hincapié en la importancia de los programas de nutrición específicos, en particular a las deficiencias de micronutrientes de las madres y de los niños menores de cinco años.
Las conclusiones y recomendaciones del informe serán analizadas por gobiernos, la sociedad civil y representantes del sector privado en la reunión del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, que tendrá lugar del 13 al 18 octubre en la sede de la FAO en Roma.
También serán estudiadas en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (ICN2), que se celebrará en Roma del 19 al 21 de noviembre, y que está organizada por la FAO junto con la Organización Mundial de la Salud.