La familia de Armando Gamboa lo describió como un padre amoroso y protector. Creen que su instinto paterno fue lo que lo llevó a su muerte.
Gamboa, de 23 años, fue asesinado el domingo después de confrontar a un hombre que conducía rápidamente a través de los apartamentos Indian Hills, ubicados en 4550 W. Sahara Ave., donde Gamboa estaba visitando a un amigo.
La policía de Las Vegas indicó que Gamboa le pidió al hombre que redujera la velocidad porque había niños jugando. El hombre salió de su auto y los dos comenzaron a pelear, luego, el hombre apuñaló a Gamboa en el pecho y huyó. Gamboa murió en el lugar.
La madre de Gamboa, Rosa Contreras, está discapacitada y no puede caminar. Su hijo era su principal cuidador.
El domingo por la mañana, comentó Contreras, Gamboa vino a verla y se aseguró de que no necesitara nada. La besó en la frente y le dijo: “Ok mamá, te veré más tarde, te amo”.
Esa noche, Contreras vio las noticias de un apuñalamiento fatal, y fue en el área donde estaba su hijo. Le preocupaba que fuera él porque no podía localizarlo, y la policía confirmó sus temores a la mañana siguiente. Reveló que ha estado en estado de shock desde entonces.
“Era una buena persona, muy amable”, describió Contreras. “Y eso es en última instancia lo que condujo a esta situación”.
Gamboa tiene dos hijos, una hija de cinco años y otro de un año.
Maricela Martínez, la madre de la hija de Gamboa, afirmó que era un buen padre, no solo para sus hijos, sino para todos los niños. Ella confesó que le rompe el corazón ver que su instinto paterno condujo a algo como esto.
“Es una sensación indescriptible sentir que no puedes ayudar a nadie más porque podría terminar así”, apuntó Martínez.
El hijo de Gamboa, que acaba de cumplir un año, no lo recordará, agregó Martínez.
Ella instó a cualquier persona con información sobre su muerte a contactar a la policía.
“Solo queremos justicia para él, para sus hijos”, pidió Martínez.
La familia ha creado una página de GoFundMe para recaudar dinero para el funeral. Para el miércoles por la tarde, había recaudado 930 de su meta de cinco mil dólares.
Angela Pérez, una amiga de la familia desde hace mucho tiempo que consideraba a Gamboa como un primo, dijo que la tragedia ha cambiado su enfoque para intervenir en situaciones peligrosas.
“Donde vivo, hay personas que conducen rápido todo el tiempo, y solía decirles: ‘Oye, más despacio, hay niños aquí’”, concluyó Pérez. “Pero ahora, nunca, jamás, en mi vida le gritaré a alguien por conducir demasiado rápido nuevamente. Es más seguro ignorarlo”.