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Temen conexión entre dispensarios de marihuana en Colorado y las mafias

Las autoridades federales expresaron el lunes su temor a que los cárteles de la droga estén utilizando los dispensarios de marihuana médica en Denver para sus operaciones de lavado de dinero, según informaron medios locales.

En declaraciones a USA Today, Tom Gorman, director del Área de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas en las Montañas Rocosas, indicó que “todo indica que (los cárteles de las drogas) van a moverse (a Colorado), si no lo han hecho ya”, aprovechando que desde el 1 de enero de este año la venta de marihuana recreativa también es legal en este estado.

Las sospechas de las autoridades parecen quedar confirmadas por la difusión durante el fin de semana de las razones del operativo de noviembre pasado y de la lista de “personas de interés” relacionadas con esas investigaciones.

Según documentos de la Corte Federal a los que tuvo acceso el periódico The Denver Post, Gerardo Uribe, un colombiano de 33 años y dueño de varias tiendas de marihuana medicinal en Denver, ya estaba siendo investigado desde hacía tiempo por agentes federales antes de su arresto el 21 de noviembre de 2013.

Cárteles habrían perdido del 20 al 50% de mercado con los dispensarios en Colorado

Aunque en aquel momento se indicó que el operativo se basó en otro colombiano, Héctor Díaz (49), los documentos de la corte indican que Díaz (cuyo juicio comenzará en mayo próximo), Uribe, varios miembros de la familias de Uribe (su padre, su hermano y su sobrino), y otras personas asociadas con ellos estarían involucrados en la distribución ilegal de marihuana y en actividades de lavado de dinero.

Sin embargo, hasta el momento no se han presentado cargos formales contra ninguno de los sospechosos y se desconoce si continúan o no en custodia de las autoridades.

Entre las “personas de interés” cuyos nombres se dieron a conocer en las últimas horas figuran el abogado David Furtado, 48, que antes representaba a Uribe; el expandillero Juan Guardarrama, 50, convicto de crímenes en Miami; y John Frank Esmeral, un colombiano de 40 años muy conocido entre los hispanos de Denver por sus programas de radio y actividades comunitarias para promocionar su empresa de préstamos hipotecarios.

Todos ellos eran dueños de dispensarios de marihuana en la zona de Denver.

Según Gorman, además del lavado de dinero, los cárteles colombianos y mexicanos estarían operando en Colorado para recuperar las pérdidas causadas por la legalización de la marihuana, ya que los dispensarios les quitarían del 20 al 50 por ciento del mercado a esos cárteles.

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