Para Mynda Smith, fue la larga fila de autos fuera del centro de reunificación familiar lo que hizo que lo impensable fuera real después del tiroteo del 1 de octubre del año pasado que cobró la vida de su hermana, Neysa Tonks.
Durante un evento matutino de remembranza de las 58 víctimas y sobrevivientes del tiroteo en el concierto Route 91 Harvest, Smith compartió recuerdos de su hermana, historias de su curación y de su decisión de seguir adelante. Hablando ante una multitud en el anfiteatro del Centro de Gobierno del Condado de Clark, la voz de Smith a menudo tembló, pero nunca falló.
“No pude comprender en mi cerebro con todo lo que estaba sucediendo”, dijo, recordando caravanas de autos cargados con suministros que se dirigían al centro de reunificación.
Todavía hay días que se sienten como “puñetazos”, dijo un año después, pero decidió el lunes no dejar que esta tragedia le quitara una cosa más.
Fue un mensaje común entre los oradores, quienes alentaron a los afectados a recordar la situación pero a permanecer resistentes por el futuro.
“Había dos opciones, renunciar o elevar a otros, elegimos esta última”, afirmó el alguacil del Condado de Clark, Joe Lombardo, durante la ceremonia.
Otros oradores fueron el gobernador Brian Sandoval y el comisionado Steve Sisolak, quienes presentaron a Jesús Campos y Stephen Schuck, un guardia de seguridad e ingeniero de construcción en Mandalay Bay, respectivamente. Fueron los dos primeros en encontrarse con el tirador esa noche, y Campos recibió un disparo en la pierna.
“Ellos experimentaron algo que la mayoría de nosotros nunca experimentará en nuestras vidas y mostraron una tremenda valentía en las peores circunstancias y los admiro más de lo que puedo expresar”, señaló Sisolak después del evento.
Sandoval comentó que la tragedia se llevó algo de la gente de Las Vegas y Nevada que nunca se podrá devolver.
“Las cicatrices del 1 de octubre siempre estarán con nosotros”, agregó. “Pero hoy y todos los días seguimos tomando la decisión de triunfar sobre el mal”.
El evento comenzó con una oración para los afectados e incluyó canciones de The Academy Singers, de la Academia de las Artes de Las Vegas. El evento terminó con 58 segundos de silencio para las víctimas y la liberación de 58 palomas, cada una con el nombre de una víctima atada a su pie.