CIUDAD DE MÉXICO.- Expertos mexicanos informaron que el número de mariposas monarca que llegaron este año a pasar el invierno en los bosques de las montañas aumentó en un 35% en comparación con la temporada anterior.
El aumento, de acuerdo con los expertos, podría reflejar la capacidad de las mariposas para adaptarse a episodios más extremos de calor o sequía, al cambiar la fecha en que salen de México.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México (CONANP) señaló que la población de las mariposas cubrió 2.84 hectáreas (siete acres) este año, en comparación con las 2.1 hectáreas (5.2 acres) en 2021.
El recuento anual de mariposas no calcula el número individual de mariposas, sino la cantidad de hectáreas que cubren cuando se agrupan en las ramas de los árboles.
Cada año, las mariposas monarca regresan a Estados Unidos y Canadá como parte de una migración anual que se ha visto amenazada por la pérdida de algodoncillo con el que se alimentan en el norte y a la deforestación en las reservas de la mariposa en México.
Gloria Tavera, directora regional de la CONANP, dijo que la tala en la zona de hibernación de las mariposas aumentó un 4.5% este año, hasta 13.9 hectáreas (34 acres).
Sin embargo, se perdieron menos árboles por incendios, sequía o enfermedades y plagas de las plantas. La pérdida total de árboles en la temporada 2021-22 fue de unas 18.8 hectáreas (46 acres), frente a las 20.6 hectáreas (51 acres) de la temporada 2020-21.
Pero el ambientalista y escritor Homero Aridjis, quien creció cerca de la reserva, dijo que “no hay datos confiables sobre el alcance total de la extracción de madera de la reserva”, señalando que los madereros a menudo se llevan árboles no dañados, alegando que estaban enfermos o que se habían visto afectados por tormentas.
Por lo general, las mariposas llegan a principios de noviembre a los bosques de pinos y abetos de las montañas ubicadas al oeste de Ciudad de México. Normalmente parten hacia Estados Unidos y Canadá en marzo.
Pero Tavera dijo que el año pasado fue inusual debido a que las mariposas comenzaron su trayecto de regreso en febrero, lo que les permitió irse antes de que la sequía y el calor golpearan al norte de la frontera en abril y mayo.
“Ellas están empezando a adaptarse a condiciones climáticas extremas”, comentó Tavera.
Extrañamente, este año, las mariposas se quedaron en México más tiempo del habitual. “Se fueron muy tarde. Todavía en abril teníamos mariposas”, señaló Tavera. Queda por ver en las cifras del próximo año si esa estrategia les funcionó.
La sequía, las condiciones meteorológicas extremas y la pérdida de hábitat -especialmente del algodoncillo donde ponen sus huevos-, así como el uso de pesticidas y herbicidas, y el cambio climático, suponen amenazas para la migración de la especie.