Nevada es uno de los siete estados que detectan niveles “muy altos” de COVID en sus aguas residuales, según los nuevos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los datos publicados el jueves 18 de julio por los CDC mostraban que California, Oregón, Texas, Arkansas, Florida y Maryland también detectaban niveles “muy altos” de COVID en sus aguas residuales.
Las aguas residuales pueden analizarse para detectar la prevalencia de un virus en una comunidad, incluso cuando las personas no muestran síntomas, según la agencia.
Nevada detectó un nivel de actividad vírica del virus COVID de 12.31 en las aguas residuales. Un nivel superior a ocho se considera “muy alto”, según los datos de los CDC.
El nivel del estado es más del doble del nivel nacional de aguas residuales, de 4.98, y el doble del nivel que el estado detectó el 15 de junio, de 5.98.
Tras un breve descenso en los niveles de aguas residuales de COVID-19 la semana del 15 de junio, los datos de los CDC muestran que los niveles de aguas residuales siguen una tendencia al alza en todo el país.
El último pico importante en los niveles de aguas residuales se produjo en diciembre de 2023, cuando el nivel nacional de aguas residuales COVID-19 alcanzó un máximo de 12.75.
Los datos del Programa de Gestión de los Resultados de Salud Pública a través de los Recursos de Aguas Residuales de Nevada, que realiza un seguimiento de las variantes de COVID en las aguas residuales de todo el estado, mostraron un aumento de la concentración viral en los sitios de muestreo del centro de Las Vegas, Henderson, Boulder City, Laughlin, Searchlight y en Red Rock Canyon National Conservation Area.
Los datos de los CDC y del programa de Nevada muestran que KP.2, una mutación de la variante FliRT del virus, es la cepa dominante tanto a nivel local como nacional.
El doctor Edwin Oh, profesor de la UNLV, declaró al Las Vegas Review-Journal en mayo que las mutaciones FLiRT no parecían plantear amenazas importantes.