Si bien cerrar los ojos durante unos minutos en un día ajetreado parece una buena idea, es importante tener en cuenta los efectos que puede tener la siesta.
El momento del día y la duración de la siesta pueden traer beneficios o crear problemas.
Saber cuándo tomarse una siesta, y disponer de un entorno adecuado para ello, producirá los mayores beneficios.
Piensa por qué tomas una siesta
Antes de acostarte a tomar la siesta diaria, quizá quieras plantearte por qué empezaste a hacerlo. Si has estado trabajando en el turno de noche o eres padre primerizo, probablemente tengas motivos para cerrar los ojos durante un rato.
Por otro lado, si crees que una siesta es esencial para tu funcionamiento diario, es posible que tengas un problema de salud mayor, que deberías tratar con su médico.
Hablar con tu médico es la mejor manera de averiguar por qué estás experimentando un aumento de fatiga. Las razones de tu agotamiento podrían ser cualquier cosa, desde padecer un trastorno del sueño, como la apnea del sueño, hasta un efecto secundario de una nueva medicación.
Inconvenientes de la siesta
Los inconvenientes de tomar la siesta incluyen:
1. Inercia del sueño
La inercia del sueño puede implicar despertarse aturdido y desorientado después de una siesta. Esto puede convertirse en un problema si tienes lugares a los que debes ir o tareas por completar después de despertarte de la siesta.
2. Problemas de sueño nocturno
Pueden surgir problemas si las siestas son demasiado largas o cercanas a la hora de acostarse. Intenta no dormir si tienes insomnio o una mala calidad del sueño por la noche, ya que la siesta puede empeorar estos problemas. Las siestas cortas son las mejores cuando se trata de evitar interferencias con el sueño nocturno.
Beneficios de la siesta
Dormir la siesta puede aportar muchos beneficios a tu salud, como, por ejemplo:
– Mejora del estado de ánimo.
– Mayor rapidez de reacción.
– Mejora de la memoria.
– Aumento del estado de alerta.
– Reducción de la fatiga.
– Mayor relajación.
¿Cuándo dormir la siesta?
¿Sabías que hay ciertos momentos en los que una siesta puede ser más beneficiosa para su salud?
Toma una siesta:
– Si experimentas una nueva fatiga, pero monitorea tus síntomas y comenta cualquier duda con tu médico.
– Si estás a punto de pasar por un lapso de falta de sueño, como un largo día de viaje o de trabajo.
– Si deseas que las siestas formen parte de tu rutina diaria. En esta situación, planea una hora del día y una duración para mantener su horario.
La mejor forma de tomar una siesta
Aquí tienes cuatro trucos para que tus siestas sean más efectivas:
1. Reserva un tiempo.
Si te despiertas aturdido después de una siesta, es que has dormido demasiado. La duración ideal de una siesta es de 15 a 30 minutos.
2. Toma una siesta por la tarde.
El momento ideal para dormir la siesta es alrededor de las 2 o 3 p.m. Esto se debe a que es probable que experimentes un menor nivel de alerta o somnolencia después del almuerzo. También es más probable que la siesta no interfiera con el sueño nocturno. Sin embargo, algunas personas pueden ajustar sus horas de siesta para adaptarse a sus horarios de trabajo o escuela.
3. Crea un entorno tranquilo.
A algunas personas les cuesta conciliar el sueño durante el día, pero hay medidas que pueden ayudarte a estar más relajado. Elimina las distracciones durante la siesta, así que apaga cualquier pantalla, como el teléfono. Busca un espacio tranquilo con un mínimo de luz para mejorar tus siestas. Ajustar la temperatura de la habitación a lo que es cómodo para ti también puede hacer más confortable tu espacio.
4. Date tiempo para despertarte.
Es importante que tengas tiempo suficiente para despertarte antes de reanudar las actividades después de la siesta, ya que puedes sentirte aturdido o menos alerta.
Habla con tu médico si tienes fatiga diurna continuada. Puede ser necesario un examen físico o un estudio del sueño para determinar las condiciones de salud que están afectando la calidad de tu sueño.