El tiempo frente a la pantalla está relacionado con el diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en los niños, según un nuevo estudio.
Cada hora que los preadolescentes pasaban jugando a videojuegos al día se asociaba a un aumento del 13 por ciento en las probabilidades de desarrollar TOC en un lapso de dos años, según el estudio, publicado el 12 de diciembre en la revista Journal of Adolescent Health.
Además, cada hora que los preadolescentes pasaban viendo videos al día se asociaba con un aumento del 11 por ciento en las probabilidades de desarrollar el trastorno, según el estudio.
En el estudio, realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco, participaron 9,204 niños de nueve a 10 años, según un comunicado de prensa de EurekAlert. Se preguntó a los participantes cuánto tiempo pasaban en dispositivos con pantallas, y obtuvieron un promedio de 3.9 horas al día.
Dos años después, en 2021, se volvió a evaluar al grupo en cuanto a síntomas y diagnósticos de TOC, según el comunicado.
El TOC se caracteriza por un patrón de obsesiones y compulsiones que se producen con frecuencia y causan angustia, según la Fundación Internacional del TOC.
“Los niños que pasan un tiempo excesivo jugando a videojuegos reportan sentir la necesidad de jugar cada vez más y ser incapaces de parar a pesar de intentarlo”, afirma el doctor Jason Nagata, autor principal del estudio, según el comunicado. “Los pensamientos intrusivos sobre el contenido de los videojuegos podrían convertirse en obsesiones o compulsiones”.
El uso de redes sociales, mensajes de texto y videochat no se relacionó con el TOC, según los investigadores, aunque los resultados podrían ser diferentes para los adolescentes de más edad. En el estudio no se incluyó el tiempo de pantalla asociado a la educación.
“Aunque el tiempo frente a la pantalla puede tener importantes beneficios, como la educación y una mayor socialización, los padres deben ser conscientes de los riesgos potenciales, especialmente para la salud mental”, afirma Nagata, especialista en medicina del adolescente y profesor adjunto de pediatría de la UCSF. “Las familias pueden desarrollar un plan de uso de los medios de comunicación que podría incluir momentos sin pantalla, incluso antes de acostarse”.
El tiempo diario de pantalla de los niños ha ido aumentando al menos desde 2011, según Quartz, que cita una encuesta sobre el uso de los medios de comunicación. “El uso diario de los medios de comunicación móviles entre los niños menores de ocho años es casi 10 veces mayor que en 2011”, reportó el medio en 2017.
Más recientemente, el tiempo de pantalla recreativo de los niños se duplicó durante la pandemia, según un estudio anterior de la UCSF.
El excesivo tiempo de pantalla entre los adolescentes se ha relacionado con una mala salud mental, mala calidad del sueño y obesidad, entre otros problemas, según múltiples estudios.