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Entendiendo la diferencia entre alergias e intolerancias alimentarias

Estimado doctor: Soy abuela de tres maravillosos nietos. Mi nieto mayor es intolerante a la lactosa. Recientemente, a mi nieto más pequeño le diagnosticaron una alergia a los cacahuetes. ¿Cuál es la diferencia entre la intolerancia y la alergia alimentaria?

Estimada paciente: La vida en la mesa es diferente para miles de personas en Estados Unidos que viven con una alergia alimentaria. Estudios recientes muestran que aproximadamente el cinco por ciento de los niños menores de cinco años y el tres por ciento de los adultos tienen alergias alimentarias.

Las alergias e intolerancias alimentarias suelen confundirse entre sí. Pero los síntomas pueden ser similares.

Si tienes una alergia alimentaria, tu cuerpo reacciona de forma exagerada a un alimento específico como si fuera una amenaza. Esto puede ocurrir cuando ingieres incluso la cantidad más pequeña del alimento. Para algunas personas, la alergia puede desencadenarse al oler o entrar en contacto con el alimento.

Este contacto hace que tu sistema inmunitario libere un anticuerpo llamado inmunoglobulina E para neutralizar el alérgeno alimentario.

Los anticuerpos de la inmunoglobulina indican a tu sistema inmunitario que libere una sustancia química llamada histamina, que provoca muchos síntomas alérgicos, como picor, hinchazón, urticaria y dificultad para respirar.

Los ocho alérgenos alimentarios más comunes son el huevo, la leche, los cacahuetes, el marisco, los frutos secos, la soja, el pescado y el trigo.

A diferencia de una reacción alérgica, los síntomas de la intolerancia alimentaria suelen ser gastrointestinales. Una intolerancia significa que tu cuerpo no tiene los mecanismos correctos para digerir adecuadamente ciertos alimentos.

Una intolerancia alimentaria habitual es la lactosa, el principal azúcar de los productos lácteos. Si tienes intolerancia a la lactosa, tu cuerpo tiene dificultades para digerirla, lo que provoca síntomas de hinchazón, dolor abdominal y, a veces, diarrea.

Otras intolerancias que a veces se confunden con la alergia alimentaria son:

■ Síndrome del intestino irritable: condición que provoca diarrea frecuente, estreñimiento, hinchazón y otros síntomas gastrointestinales cuando se consume un exceso de hidratos de carbono de cadena corta.

■ Enfermedad celíaca: condición en la que el cuerpo sufre daños a nivel microscópico por la ingestión de gluten, que se encuentra en los productos de trigo, cebada o centeno.

■ Intoxicación alimentaria causada por bacterias que contaminan los alimentos.

Un alergólogo es el profesional mejor cualificado para diagnosticar una alergia alimentaria. Tu alergólogo empezará por hacer una historia clínica detallada para averiguar si tus síntomas son una reacción alérgica, una intolerancia u otro problema de salud.

Otras pruebas de alergia alimentaria son:

■ Prueba cutánea: Una prueba cutánea puede determinar qué alimentos, si los hay, desencadenan tus síntomas alérgicos. En las pruebas cutáneas, se te coloca un pequeño extracto del alimento en el antebrazo o la espalda mediante un pequeño pinchazo justo debajo de la piel. Te saldrá un pequeño bulto si eres alérgico a la sustancia.

■ Análisis de sangre: Tu alergólogo también puede tomar una muestra de sangre para medir los niveles de inmunoglobulina E específica de los alimentos. Los análisis de sangre positivos no significan necesariamente que tengas una alergia alimentaria, pero pueden ayudar a unir las piezas del rompecabezas.

■ Diario de alimentos: Es posible que te pidan que lleves un diario de alimentos sobre lo que comes y si tienes alguna reacción.

■ Dieta de eliminación: Este proceso consiste en eliminar el alérgeno alimentario sospechoso de tu dieta bajo la dirección de tu profesional de atención a la salud durante unas semanas. Luego vuelves a añadir el alimento a tu dieta para ver si los síntomas vuelven a aparecer.

■ Prueba oral de alimentos: Durante esta prueba, realizada en la consulta de tu alergólogo, se te dan cantidades pequeñas pero crecientes del alimento sospechoso. Tu profesional de atención a la salud te observa para ver si se produce una reacción. Una reacción solo a los alimentos sospechosos confirma el diagnóstico de alergia alimentaria. Si no reaccionas, puedes volver a incluir ese alimento en tu dieta.

Por desgracia, los alérgicos a los alimentos no pueden curarse. Solo puedes prevenir los síntomas evitando los alimentos que provocan la reacción. Si entras en contacto con un alimento que provoca una reacción alérgica leve, a menudo puedes usar un antihistamínico para reducir los síntomas. En el caso de reacciones graves, puedes necesitar una inyección de epinefrina de urgencia. Busca atención médica si sospechas que tienes una reacción alérgica.

Kjersten Nett es dietista-nutricionista titulada del Sistema de Salud de la Clínica Mayo.

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