WASHINGTON — El lunes por la noche en el Rose Garden, el presidente Donald Trump prometió “una acción rápida y decisiva” para sofocar los disturbios y el malestar social que asolaron las ciudades estadounidenses tras la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano desarmado que fue detenido por agentes de policía blancos de Minneapolis hace una semana.
Trump indicó que usaría todos los recursos a su disposición, civiles y militares, para lograr esos fines.
El presidente finalizó su sesión de comentarios de seis minutos declarando que iba a “presentar mis respetos a un lugar muy, muy especial”. Luego caminó por el parque Lafayette al norte de la Casa Blanca para visitar la Iglesia Episcopal de St. John, que había sido incendiada el domingo por la noche durante los violentos disturbios.
Rodeado de seguridad y de altos consejeros, Trump caminó fuera de los terrenos de la Casa Blanca y a través del parque cubierto de basura, que las fuerzas del orden acababan de limpiar de los manifestantes. Blandió una Biblia frente a la tapiada “Iglesia de los Presidentes”, que permaneció abierta después del incendio.
Los gobernadores se quejan
Más temprano en el día durante una conferencia telefónica, Trump arremetió contra los gobernadores de las naciones diciéndoles “la mayoría de ustedes son débiles”.
“Deben ser mucho más rudos”, le comentó Trump a los gobernadores, según una grabación publicada por el Daily Beast. Trump recomendó encerrar a los manifestantes violentos durante 10 años.
“Estos son terroristas y están buscando hacerle cosas malas a nuestro país”, subrayó Trump. “Son Antifa y de izquierda radical”. Trump señaló a los militantes antifascistas de extrema izquierda conocidos como Antifa como una organización terrorista durante el fin de semana en Twitter.
En la misma llamada, el Fiscal General William Barr le comentó a los gobernadores que su Departamento de Justicia estaba preparado para identificar, aislar y sacar de las multitudes a los activistas que fueran vistos violando la ley federal.
El lunes por la noche, el Gobernador Steve Sisolak emitió una declaración en respuesta al presidente, alegando que los estadounidenses “están justificadamente frustrados y enojados por el absurdo asesinato de George Floyd, el uso indebido de la fuerza, el racismo sistémico y las injusticias desenfrenadas que enfrentan los estadounidenses afroamericanos”.
“En este momento crítico, todos los estadounidenses, especialmente nuestros líderes, deberían enviar un mensaje de compasión y tomarse el tiempo para escuchar”, agregó Sisolak. “Desafortunadamente, el Presidente ha tomado una vez más el camino de incitar a la combatividad, avivar las tensiones raciales, y crear división cuando necesitamos más que nunca la unidad”.
Sisolak añadió que decir que la Guardia Nacional del Estado y las autoridades locales “no pueden, han fallado o se niegan a asegurar y proteger a los residentes del Estado de Nevada y sus derechos, privilegios e inmunidades, está mal informado”.
Centro de comando central
Durante una sesión informativa de la tarde, la secretaria de prensa Kayleigh McEnany le notificó a los reporteros que el Jefe del Estado Mayor Conjunto, el General Mark Milley, estaría a cargo de un “centro de comando central” que trabajaría con los gobiernos estatales y locales que se ocupan de las protestas.
Un total de 17 mil elementos de la Guardia Nacional han sido desplegados en 23 estados.
McEnany culpó a los gobernadores por no cumplir con “su responsabilidad de vigilar sus calles” y ofreció que la Ley de Insurrección de 1807 permite al presidente desplegar tropas militares en suelo estadounidense.
En línea con la ira de Trump hacia Antifa, Barr reveló el domingo que la aplicación de la ley federal estaría “dirigida a aprehender y acusar a los agitadores radicales violentos que han secuestrado la protesta pacífica y están involucrados en violaciones de la ley federal”.
Trump empezó su lunes en Twitter con publicaciones que señalaban a las elecciones del 3 de noviembre y promocionaban sus credenciales de la ley y el orden.
“3 DE NOVIEMBRE”, dicta un tuit. Otra publicación atacó a los empleados de la campaña que trabajan para el probable nominado demócrata Joe Biden porque donaron dinero a un fondo que rescata a los manifestantes arrestados en Minneapolis, la ciudad donde George Floyd murió durante un arresto grabado en video el lunes y donde los disturbios posteriores han convertido a las tiendas y pequeños negocios en cenizas y escombros.
“Armas ominosas”
Washington, D.C., no se salvó. Violentas protestas fuera de la Casa Blanca llevaron al Servicio Secreto a introducir al presidente en un búnker subterráneo el viernes por la noche, según varios informes de prensa.
A la mañana siguiente, antes de dirigirse a Cabo Cañaveral para presenciar el lanzamiento tripulado de SpaceX. Trump entró en Twitter para decir que si algún manifestante hubiera llegado a la Casa Blanca, habría sido “recibido con los perros más viciosos y las armas más ominosas que jamás haya visto”.
Eso provocó que la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, respondiera: “No hay perros viciosos ni armas ominosas, sólo hay un hombre asustado y solitario”.
El lunes, en medio de las críticas de que la alcaldesa no evitó que se destrozaran los monumentos de Washington y se incendiara la iglesia de St. John, Bowser anunció un toque de queda a las 7 p.m. para el lunes y el martes, horas antes del toque de queda de las 11 p.m. impuesto el domingo por la noche.
En Cabo Cañaveral, Trump dijo que había hablado con la familia de Floyd y calificó su muerte como una “grave tragedia”. También anunció que había ordenado al Departamento de Justicia que abriera una investigación sobre derechos civiles.
Visita a Maine
Durante la llamada con los gobernadores, la Gobernadora de Maine, Janet Mills, demócrata, le comentó a Trump que estaba muy preocupada de que su visita programada al estado el viernes causara “problemas de seguridad”. Trump respondió que esperaba ser recibido por una multitud que es “muy favorable, les cae bien su presidente”.
Más tarde Trump le comentó al gobernador republicano de West Virginia, Jim Justice, que Mills había tratado de convencerlo de que no visitara Maine, pero al hacerlo, “probablemente me convenció”.
La representante demócrata por Nevada, Dina Titus, criticó a Trump por no haber unificado el país en un momento de agitación nacional.
“Nuestra nación está sufriendo y sólo podemos curar de verdad si lo hacemos juntos. Sin embargo, en lugar de unir este país, Donald Trump está incitando a la violencia contra los manifestantes y se hace eco de los lemas segregacionistas de los años 60”, recalcó.
“Como principal promotor de la teoría de la conspiración racista de que Barack Obama no es estadounidense y como voz líder en la acusación falsa de los Cinco de Central Park, Donald Trump está singularmente incapacitado para afrontar la situación este momento. No tiene nada valioso que aportar a la conversación sobre el fin del racismo sistémico en este país”.