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Presenta el Condado de Clark una demanda contra el “club nudista de lujo”

El Condado de Clark ha demandado a un “club nudista de lujo”, alegando que sus gerentes estuvieron administrando el negocio sin licencia en dos casas adyacentes en East Harmon Avenue.

El gobierno presentó una demanda el martes ante el Tribunal de Distrito del Condado de Clark y le pidió a un juez que cerrara el negocio y que ordenara a Dewey y Julie Wohl pagar más de 15 mil dólares en impuestos, tarifas e intereses.

Los Wohls, quienes poseen propiedades en 2461 y 2471 E. Harmon Ave., son nombrados como co-demandados al igual que “Sea Mountain One Love Temple”, que fue anunciado en una revista de viajes de Las Vegas este mes como un “retiro de lujo nudista” con un club diurno y nocturno abiertos las 24 horas.

La presentación de la corte sigue a una investigación de cumplimiento del código del condado el año pasado, que encontró una señalización para Sea Mountain One Love Temple colocada alrededor de las piscinas de los dos hogares en el patio trasero.

El condado designó la casa en 2461 E. Harmon Ave. como un lugar de culto bajo su anterior propiedad. Un cartel que cuelga en el frente dice: “Zen Temple Las Vegas”.

Pero la demanda del condado acusa a los Wohls de usar ambas casas como un spa comercial, club nocturno, bar, motel y tienda minorista. La comida también se sirve allí sin el permiso apropiado del Distrito de Salud del Sur de Nevada, de acuerdo con la demanda.

El abogado de los Wohls impugnó las acusaciones el jueves.

“Es una casa privada que tiene un permiso de uso especial para fines religiosos y de asamblea”, señaló el abogado R. Christopher Reade. “Creo que han tenido asambleas de amigos, ya sea que los llamen propósitos religiosos o filosóficos”.

Reade también desestimó una queja de Better Business Bureau presentada en junio pasado que citaba música a todo volumen y personas que gritaban provenientes de las dos casas “todo el día y noche”.

La controversia en torno a las propiedades ha enfurecido a su antiguo propietario.

El artista de Las Vegas, James Stanford, comentó que él y su esposa, Lynn Morris, operaban las casas como centros de meditación budista “completamente legítimos” durante más de cinco años.

“Cuando las vendimos, no teníamos idea de lo que Julie y Dewey Wohl harían del lugar”, dijo. “De verlo así es la pesadilla más grande de mi esposa y yo, me enferma en realidad”.

Stanford y Morris compraron las casas en 2009. Las propiedades estaban en mal estado, pero Stanford relató que la pareja vio un innegable feng shui ahí.

Inspirándose en la Biblioteca y Jardines Sherman en Newport Beach, California, transformó el patio trasero compartido de las dos casas en un jardín de meditación lleno de senderos, agrupando plantas de bambú y árboles con higos, naranjas, manzanas y limones. Había un santuario budista, varias piscinas y una cancha de tenis reutilizadas para un aula de tai chi.

El trabajo también se llevó a cabo dentro de las casas y un garaje para tres autos se convirtió en una sala de dharma con pisos de corcho. Las mejoras costaron más de un millón de dólares, detalló Stanford.

La pareja llamó a su creación el “Centro Zen de Las Vegas”. El Condado de Clark lo designó como un lugar oficial de adoración y varias veces a la semana, un maestro Zen y hasta dos docenas de practicantes, vestían túnicas kasa tradicionales para meditar.

“Diseñé cada elemento, todo remodelado, todo pagado por nosotros”, comentó Stanford. “Era un campus muy bonito donde las personas podían ir y enriquecerse con el dharma”.

Pero Stanford recalcó que no recibió suficiente apoyo de la comunidad para aferrarse a la propiedad. La pareja vendió las casas a los Wohls por 610 mil dólares a fines de 2016 luego de que a Morris se le diagnosticara cáncer.

Las propiedades aún están designadas como un lugar de culto y Stanford indicó que las acusaciones de usos comerciales seguían siendo desconocidas para él hasta la semana pasada cuando los medios de comunicación publicaron informes de la inminente demanda del condado.

“Utilizaron lo que habíamos hecho”, condenó uno de los Wohls. “Creo que lo que están haciendo es una farsa, es profano, no es algo que jamás hubiera imaginado”.

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