CARSON CITY – Para los cultivadores de cannabis en Nevada, una gran cantidad de fuertes impuestos y tarifas está llevando a muchos a preguntarse si serán capaces de mantener sus puertas abiertas.
Uno de los mayores problemas radica en la forma en que el Estado calcula e impone su impuesto mayorista del 15 por ciento a los cultivadores, quienes dicen que el mismo les obliga a pagar hasta el doble de esa tasa.
“No estaremos aquí mucho tiempo si no cambian las cosas”, dijo Rick DeCarlo, copropietario de The Real McCoy, una empresa de cultivo en Carson City. “Si tenemos un mes malo… sería todo”.
Nevada impone un impuesto del 15 por ciento sobre la marihuana vendida por cultivadores a dispensarios y compañías de producción, y una parte de esos ingresos financia directamente a las escuelas públicas del estado. En 2022, ese impuesto generó casi 60 millones de dólares.
Pero los impuestos que los cultivadores pagan al Estado no se basan en el precio del producto vendido a los dispensarios. Más bien, lo que pagan se basa en una tarifa por libra establecida por el Estado, sin importar cuál sea el precio de venta real.
Para los cultivadores más pequeños e independientes, esto significa que a menudo pagan un impuesto efectivo sobre sus ventas de entre el 25 y el 30 por ciento. Y este es solo uno de los múltiples costos de hacer negocios en el cultivo de cannabis. Las empresas también tienen que pagar grandes sumas para cumplir una lista de normativas estatales.
Dueños de empresas de cultivo como DeCarlo dicen que esos impuestos y tarifas les están exprimiendo hasta un punto en el que ya no tiene sentido seguir invirtiendo su propio dinero en el negocio solo para mantenerse a flote.
En 2022, The Real McCoy vendió productos por valor de 1.4 millones de dólares y pagó casi 340 mil dólares en impuestos mayoristas, un impuesto efectivo de aproximadamente el 24 por ciento.
Cuando se suman los cargos por “tiempo y esfuerzo” recaudados por la Junta de Cumplimiento del Cannabis, los impuestos a la propiedad y los costos de las pruebas y la distribución, más de la mitad de los ingresos totales de la compañía se destinaron a impuestos o tarifas requeridas. Y, a diferencia de otros negocios, las empresas de cannabis no pueden deducir sus gastos de operación a efectos fiscales, porque el gobierno federal sigue considerando la marihuana una droga ilegal.
“La percepción es como si fuéramos multimillonarios, nuestro propio cártel, traficantes de droga, y estuviéramos ganando mucho dinero con toda esta hierba. No es así”, dijo Mina Mafua, directora ejecutiva de The Real McCoy. “En nuestro segundo año, nuestras ventas cayeron, y nuestros impuestos aumentaron”.
No son los únicos. En 2022, las ventas minoristas de cannabis en Nevada cayeron más de un 15 por ciento. Pero los impuestos mayoristas pagados al Estado cayeron solo un 6.7 por ciento.
Las empresas de cannabis en Nevada se preocupan por el futuro a corto y largo plazo, opiniones que se reflejaron crudamente en una encuesta realizada en agosto por The Las Vegas Medical Marijuana Association.
En esa encuesta, el 57 por ciento dijo que sus ventas ni siquiera estaban cubriendo sus costos de negocio, y el 47 por ciento dijo que las ventas habían caído al menos un 30 por ciento a partir de 2021.
“Uno de los conceptos erróneos es que la industria es una gallina de los huevos de oro. Las ventas han oscilado entre 900 y mil millones de dólares. Pero los costos son tan altos en esta industria, y casi todos están perdiendo dinero”, dijo John Laub, presidente de la asociación. “No es la mina de oro que todo el mundo pensaba. Es otro negocio, pero es un negocio muy duro, competitivo y muy regulado que compite con el mercado negro”.
Para agravar el problema de los cultivadores, no existe ningún mecanismo que garantice que los dispensarios y las empresas de producción les paguen a tiempo, o en absoluto.
Según Sarah Rosenfeld, directora ejecutiva de MMG Agriculture en Reno, los dispensarios y las instalaciones de producción suelen tardar varios meses en efectuar sus pagos y, al menos en un caso, más de un año.
Los cultivadores, sin embargo, están obligados a pagar impuestos al Estado cada mes o enfrentan una fuerte multa, tanto si han cobrado por sus ventas como si no. Para las empresas de cultivo independientes como la de Rosenfeld, eso suele significar tener que inyectar más efectivo personal en la empresa cada mes para evitar esas multas por mora y otras sanciones que pueden acumularse con el tiempo.
“La gente que no tiene efectivo extra cierra el negocio. Y cuando te cansas de invertir tu propio dinero, el de tu familia o el de tu inversionista en tu negocio, simplemente cierras”, dijo Rosenfeld.
Cómo se calcula la venta al por mayor
El Departamento de Impuestos establece lo que llama un “valor justo de mercado” para la flor de cannabis y otros productos en la tasa de venta mayorista. Para la flor de cannabis, que constituye la mayor parte del mercado de cannabis, esa tasa se estableció en 2,074 dólares por libra para la segunda mitad de 2022. Eso se tradujo en un impuesto mayorista de 311 dólares por libra de flor de cannabis vendida por los cultivadores, o el 15 por ciento de ese valor justo de mercado.
Pero los cultivadores dicen que la tarifa real de la flor de cannabis en el mercado está más cerca de 800 a 1,000 dólares por libra, lo que significa que muchos cultivadores están pagando más cerca de un impuesto efectivo del 30 por ciento sobre sus productos, mientras que los que venden productos de cannabis premium y de lujo por encima de ese valor están pagando sustancialmente menos del 15 por ciento.
El impuesto mayorista de Nevada se estableció inicialmente de forma similar al de Colorado, uno de los dos primeros estados en legalizar el cannabis en Estados Unidos.
Colorado también usa un cálculo del valor justo de mercado, que el Estado llama índice promedio de mercado. En lo que difiere es que en Colorado es tarifa solo aplica a las transacciones entre cultivadores y dispensarios que son propiedad de la misma empresa para garantizar que haya ingresos fiscales procedentes de esas transacciones y transferencias.
Los terceros cultivadores de Colorado pagan un impuesto del 15 por ciento basado en el precio real del producto que venden. El valor justo de mercado solo aplica a las transacciones entre cultivadores y un dispensario o instalación de fabricación asociados.
La tarifa de mercado promedio de Colorado rondó los dos mil dólares por libra unos años después de que se iniciara la venta legalizada en enero de 2014, pero disminuyó rápidamente a medida que más empresas abrieron en línea y más productos llegaron al mercado, lo que hizo bajar los precios. Para el 1° de enero, la tarifa de mercado promedio en Colorado era de 658 dólares, según el Departamento de Ingresos de Colorado.
El valor justo de mercado de Nevada se estableció en un valor similar 2,145 dólares cuando las ventas legales comenzaron en julio de 2017. Pero a diferencia de Colorado, la tarifa de Nevada se mantuvo inusualmente estable. No fue hasta enero de este año cuando la tarifa cayó por debajo de los dos mil dólares por libra por primera vez en Nevada.
La industria ahora está buscando ayuda en la Legislatura estatal.
Posibles cambios en el horizonte
En este periodo de sesiones legislativas se ha presentado un proyecto de ley que limitaría las tarifas y sanciones que puede cobrar la Junta de Cumplimiento del Cannabis. Sin embargo, la reforma de la estructura impositiva para el comercio mayorista podría resultar más complicada.
Will Adler, director de la Coalición del Cannabis de la Sierra, dijo que el objetivo es que Nevada siga el ejemplo de California, que el año pasado eliminó el impuesto a los cultivadores con la esperanza de reactivar el mercado del Estado Dorado, donde los precios al por mayor colapsaron y los cultivadores no pudieron obtener beneficios. Para compensar la pérdida de ingresos fiscales destinados a la educación en Nevada, el impuesto del 10 por ciento que pagan los consumidores minoristas pudiera aumentarse ligeramente, dijo.
Haciendo esto se resolverían dos problemas –reducir la carga sobre los cultivadores, mientras se elimina el problema de la morosidad–, dijo Adler.
Otros, como la directora ejecutiva de la Asociación de Cannabis de Nevada, Layke Martin, creen que los cambios más pequeños y graduales que permitirían que el valor justo de mercado de Nevada refleje realmente los precios promedio al por mayor del cannabis, como el modelo de Colorado, pudieran resolver algunos de los problemas sin revisar completamente la estructura fiscal.
Un proyecto de ley sobre el impuesto mayorista pudiera ser introducido en las próximas semanas en la Legislatura. El Departamento de Impuestos se negó a hacer comentarios para este artículo y refirió las solicitudes a la oficina del gobernador Joe Lombardo. Elizabeth Ray, portavoz del gobernador, dijo en un comunicado enviado por correo electrónico que la oficina “monitoreará todos los proyectos de ley a medida que avancen a través del proceso legislativo”.