La Autoridad del Agua del Sur de Nevada ya bombea agua al valle de Las Vegas casi desde el fondo del Lago Mead. Pero puede que tenga que bombear desde más profundidad del embalse cada vez más pequeño para proteger la calidad de esa agua.
La junta de administración de la autoridad del agua aprobó el jueves un gasto de 1.4 millones de dólares para evaluar si es necesario hacer cambios en la tubería que trae el agua desde cerca del fondo del Lago Mead y determinar si la toma debe ser aún más baja para garantizar que la calidad del agua no se vea comprometida si el mayor embalse del país continúa su precipitada caída.
La necesidad de realizar una evaluación ocurre menos de un año después de que la caída de los niveles del Lago Mead obligara a la autoridad del agua a poner en marcha la estación de bombeo situada en el nivel más bajo del lago para extraer agua de la tercera tubería de toma y menos de tres años después de que se completara el proyecto de 1,500 millones de dólares.
La tercera tubería se diseñó para garantizar que la autoridad pudiera seguir suministrando agua a Las Vegas aunque el embalse cayera al nivel de “dead pool”, o cuando el agua ya no pudiera pasar por la Presa Hoover río abajo hacia Arizona, California y México. Esa toma se encuentra ahora a 875 pies de elevación, que es de 20 pies por debajo del nivel dead pool del Lago Mead.
El director general de la Autoridad del Agua del Sur de Nevada, John Entsminger, le dijo a la junta que los funcionarios de la autoridad confían en su capacidad para bombear agua al valle desde la profundidad actual de la paja. Pero hay preocupaciones acerca de lo que sucede si la superficie del lago se acerca a esa toma.
“A medida que el lago vaya descendiendo, nos preocupa que puedan aumentar los problemas relacionados con la calidad del agua, como un agua más caliente y turbia, por lo que queremos evaluar qué tendríamos que hacer para bajar el elevador de la toma”, explicó Entsminger.
El Lago Mead está ligeramente por encima de un cuarto de su capacidad, con la parte superior del lago a unos 150 pies por encima de la marca de dead pool. Los pronósticos más recientes de la Oficina de Recuperación publicados esta semana prevén que el lago descienda otros 30 pies en los próximos dos años, en el escenario más probable.
La parte superior de la tercera tubería de toma se encuentra a unos 80 pies sobre el fondo del Lago Mead. Pero la base de esa tubería está en el cauce de lo que fue el río Colorado antes de que se construyera la Presa Hoover hace casi un siglo.
La autoridad espera evaluar varias opciones, desde acortar la tubería y rebajar el nivel de la parte superior de la toma hasta construir balsas de decantación como las que se usan a lo largo del río Misisipi para eliminar los sedimentos y lo turbio del agua, explicó Entsminger tras la reunión. Las decisiones sobre cómo y cuándo avanzar con cualquier tipo de alteraciones vendrán determinadas por el análisis de la calidad del agua que se espera en las distintas elevaciones del lago en los próximos años.
“En nuestro ADN, somos planificadores. Así que ahora estamos viendo a dónde han llegado las elevaciones del lago desde que pusimos estas instalaciones en marcha”, dijo. “Queremos optimizar nuestras operaciones porque puede ser mucho más barato quitar 10, 20 o 30 pies de la tubería de entrada que instalar nuevas instalaciones de tratamiento”.
La evaluación correrá a cargo de Jacobs Engineering Group Inc. Además de analizar diferentes opciones y escenarios de calidad del agua, la evaluación incluirá los costos potenciales de modificación de la toma y la estación de bombeo, según los documentos de planificación del proyecto.
El calendario propuesto para completar la evaluación es de ocho meses.