No, el Presidente Joe Biden no murió ni fue “evacuado por salud” de Las Vegas la semana pasada.
Después de que Biden fuera diagnosticado con COVID-19, acortando su viaje al sur de Nevada, los rumores sobre su salud comenzaron a extenderse en las redes sociales.
Mientras se aislaba en Delaware el domingo, Biden puso fin a su campaña de reelección. Y no hizo ningún tipo de aparición pública hasta el lunes, cuando volvió a insistir en su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris para que tomara las riendas de su operación en una llamada telefónica.
La desinformación sobre el bienestar del presidente fue amplificada en las redes sociales X por comentaristas de extrema derecha, entre ellos el fundador de Turning Points, Charlie Kirk, y el periodista Tucker Carlson, ambos durante la Convención Nacional Republicana de la semana pasada.
Kirk escribió que “una fuente cercana a la Policía Metropolitana de Las Vegas”, refiriéndose al parecer al Departamento de Policía Metropolitana, le había llamado para decirle que el miércoles pasado -después de su diagnóstico de COVID- se ordenó a los agentes que abrieran paso para que Biden fuera trasladado al University Medical Center.
El departamento dijo el martes que esta parte era cierta.
El Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas (LVMPD) recibió la notificación de que el presidente Joe Biden estaba enfermo el 17 de julio durante su visita a Las Vegas”, según un comunicado. “Desconocíamos la naturaleza de su enfermedad. Como medida de precaución, LVMPD proactivamente comenzó a cerrar las carreteras que conducen al Hospital UMC”.
El comunicado añadía: “El Servicio Secreto informó entonces a LVMPD de que el presidente se dirigía directamente al Aeropuerto Internacional Harry Reid y abandonaría Las Vegas”.
La publicación de Kirk del lunes, sin embargo, decía que su fuente alegaba que se había “ordenado a la Policía Metropolitana que se retirara” porque Biden iba a hacer una “evacuación médica” al Johns Hopkins.
“Al parecer, en el departamento de policía se rumoreaba que Joe Biden se estaba muriendo o que posiblemente ya estaba muerto”, escribió Kirk.
Los periodistas que acompañaban a Biden lo grabaron embarcando en el Air Force One en el aeropuerto internacional Harry Reid y bajando del avión en Delaware.
Kirk compartió el martes por la mañana un video del regreso de Biden a Washington D.C. Pero su anterior publicación -que seguía publicada el martes por la tarde- ya había acumulado más de 23 millones de visitas en X.
En su programa del lunes, Carlson leyó literalmente la publicación de Kirk. Él y su invitado, Jack Posobiec, se burlaron entonces de la investigación de la Policía Metropolitana sobre el tiroteo masivo más mortífero de la historia moderna de Estados Unidos en Las Vegas, el 1° de octubre de 2017, y del “secretismo” en torno a ella.
La Casa Blanca no pudo ser contactada de inmediato para hacer comentarios.
“Claramente algo está pasando aquí, obviamente”, dijo Carlson. “No sé lo que es”.
“Conozco su seña de identidad, que es el secretismo”, dijo Carlson sobre el departamento.
“El secretismo es el sello distintivo de la mentira”, añadió. “Así que si quieres saber cuándo alguien miente, pues no lo sé. ¿Está ocultando algo? Pues entonces está mintiendo”.
Biden, por su parte, voló el martes de vuelta a Washington desde Delaware, donde fue fotografiado embarcando en el Air Force One desde la base aérea de Dover y desembarcando después en la base aérea de Andrews. Ha anunciado que se dirigirá a la nación sobre su decisión de poner fin a su candidatura a la reelección a las 5 p.m. del miércoles.
‘Dar unos pasos atrás’
El profesor de psicología de la UNLV Stephen Benning declaró al Las Vegas Review-Journal que el sesgo de negatividad contra alguien puede inducir a la gente a creer que le ha ocurrido algo catastrófico a una figura a la que se oponen.
Eso podría ser particularmente cierto en este caso, que ocurrió días después de que el expresidente Donald Trump sobreviviera a un intento de asesinato, lo que hizo que algunos se dieran cuenta de que “lo peor podría sucederle a los candidatos políticos”, dijo Benning.
La motivación de los proveedores de desinformación podría deberse simplemente a un mayor compromiso, dijo Benning.
Benning recomienda a los consumidores de medios de comunicación que piensen críticamente antes de creer o compartir una noticia especulativa.
“Den unos pasos atrás: apaguen algunas pantallas durante un rato y hagan otras cosas mientras se recopila la información”, dijo Benning.
A corto y largo plazo, esto podría ser beneficioso para la salud mental, añadió.