El ex-presidente peruano Alejandro Toledo, sobre quien pesa una orden de extradición por cargos de corrupción en Perú, permanecerá dos semanas más en prisión preventiva, mientras el juez de la corte federal en San Francisco, Thomas Hixson, resuelve si le otorga libertad bajo fianza.
Durante la audiencia de apelación de fianza, Hixson pidió a la fiscalía presentar alternativas para no tener al ex-mandatario peruano (2001-2006) en reclusión bajo confinamiento, al considerar que el proceso de extradición podría durar años, poniendo en peligro la salud de Toledo.
La Fiscalía respondió que se reunirá con el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos para explorar qué otras posibilidades existen para no tener a Toledo bajo confinamiento, ya que, de acuerdo con Hixson, mantenerlo junto al resto de la población presidiaria no es una opción.
El abogado de Toledo, Graham Archer, ha pedido la libertad bajo fianza de su cliente al argumentar que no hay riesgo de fuga, debido a que el ex-mandatario tiene fuertes vínculos en el área de la Bahía de San Francisco, California, y aportó nueva documentación que lo comprueba.
Además de que asegura que se han presentado suficientes evidencias para demostrar que en el caso contra Toledo hay persecución política.
El juez citó a ambas partes para el 12 de septiembre próximo, cuando tomaría una decisión sobre la apelación de la fianza.
El ex-mandatario peruano permaneció dos años prófugo de la justicia, hasta el 16 de julio pasado, cuando fue arrestado en Estados Unidos en respuesta a la solicitud de extradición emitida por Perú, para que responda por presuntos actos de corrupción relacionados con la compañía brasileña Odebrecht.
Toledo es acusado de los delitos de lavado de activos, colusión y tráfico de influencias en agravio del Estado peruano, por presuntamente haber recibido millonarios sobornos de Odebrecht, a cambio de la concesión para la construcción de dos tramos de la carretera Interoceánica Sur.