Sebastian Ajir siguió adelante con la universidad este otoño, incluso con todas las incertidumbres de la pandemia de COVID-19. Algunos de sus amigos, sin embargo, no pudieron mantener el curso.
“Para mí, no podía permitirme parar”, dijo Ajir, un estudiante de 20 años de College of Southern Nevada (CSN), después de terminar los finales a mediados de diciembre. “Si lo dejaba, me habría quedado atrás”.
Una pausa habría causado una “cascada de problemas”, dijo el estudiante de historia que planea transferirse a UNLV el próximo otoño, incluyendo la posible interrupción de su ayuda financiera.
Ajir, que trabaja a medio tiempo en servicios de invitados en un museo de Las Vegas y a medio tiempo como senador estudiantil del campus North Las Vegas de CSN, dijo que su única concesión a la agitación del COVID-19 fue estudiar a medio tiempo durante el semestre de otoño, en parte por razones financieras y en parte debido al estrés de la vida en medio de la pandemia.
Los estudiantes de todo el país están tomando decisiones igualmente agonizantes sobre su futuro educativo, pero algunos están llegando a la conclusión opuesta. Entre las razones más comunes se encuentran los problemas financieros, los problemas de cuidado de los niños y el deseo de tener más clases presenciales de las que hay disponibles actualmente.
Las inscripciones en universidades de todo el país disminuyeron un 3.3 por ciento este otoño en comparación con la misma época del año pasado, según los últimos datos de The National Student Clearinghouse. Sólo cinco estados, Idaho, Utah, Nebraska, West Virginia y New Hampshire, se opusieron a la tendencia, informó el grupo.
La disminución de las inscripciones tiene serias implicaciones para la economía en un momento en que los trabajadores cualificados ya son escasos. Además, “muchos de los millones de trabajadores que han sido despedidos durante la pandemia necesitarán capacitarse para nuevos trabajos que requieren nuevas habilidades”, según un informe publicado esta semana por la Brookings Institution que enfatiza la necesidad de más apoyo para la educación superior.
Nevada pierde 5,271 estudiantes
Pero como con otros aspectos de la pandemia, Nevada ha sido más afectada que muchos otros estados. Los datos preliminares de las siete universidades que otorgan títulos del Sistema de Educación Superior de Nevada (NSHE) indican que la inscripción disminuyó un 4.6 por ciento en comparación con el otoño de 2019. Eso resultó en una pérdida neta de cinco mil 271 estudiantes.
Sólo dos escuelas estatales (UNLV y Nevada State College en Henderson) vieron que el número de estudiantes se mantuvo estable o aumentó este otoño.
“Estamos contentos de haber tenido todavía algún grado de crecimiento en este otoño, pero es un poco más lento”, declaró el vicerrector ejecutivo de Nevada State College, Tony Scinta. “Pero me preocupa mucho el impacto económico y financiero en los estudiantes y su capacidad para hacer que la universidad funcione”.
Las cifras preliminares para el semestre de otoño mostraron que 107 mil 858 estudiantes estaban inscritos en los colegios y universidades de Nevada.
A nivel nacional, los colegios comunitarios fueron los más afectados este otoño, con una caída de 18.9 puntos porcentuales en inscripciones. A las escuelas de cuatro años con fines de lucro les fue mejor, con un número de estudiantes de pregrado esencialmente plano. Principalmente las escuelas en línea vieron una ganancia de 4.9 puntos porcentuales en los estudiantes universitarios.
Localmente, CSN, una universidad comunitaria con tres campus en el Valle de Las Vegas, vio la mayor caída en el número de estudiantes en el estado este otoño. La universidad tenía 31 mil 444 estudiantes, de acuerdo con los números preliminares, una caída de 12.3 puntos porcentuales.
Otros colegios comunitarios de Nevada también vieron una disminución de inscripciones este otoño: 9.3 puntos porcentuales en Truckee Meadows Community College en Reno, 5.7 puntos porcentuales en Western Nevada College en Carson City y 1.6 puntos porcentuales en Great Basin College en Elko.
En la Universidad de Nevada, Reno, los datos preliminares del NSHE muestran un descenso de 5.7 puntos porcentuales en la inscripción de otoño, dejando la escuela con 20 mil 21 estudiantes.
UNR recibió la gran mayoría de sus solicitudes para el semestre de otoño antes de que la pandemia COVID-19 llegara al estado a principios de marzo.
Las cancelaciones aumentaron con la llegada de la pandemia
Pero entonces la universidad vio más cancelaciones de las que normalmente haría. Alrededor del 70 por ciento de los que planeaban asistir en el otoño dieron razones relacionadas con COVID-19 cuando se cancelaron, declaró el director de admisiones, Steve Maples, incluyendo padres que perdieron su trabajo, que buscaban opciones de educación más asequibles o que simplemente no se sentían cómodos saliendo de casa.
Este año, UNR, que normalmente inscribe entre mil 200 y mil 300 estudiantes de primer año del área de Las Vegas cada año, está recibiendo menos solicitantes para el semestre de otoño que en un año típico, dijo Maples.
La inscripción en las universidades tiende a aumentar durante las crisis económicas, algo que sucedió durante la recesión económica hace más de una década. Pero hasta ahora, la recesión causada por COVID-19 está impulsando un comportamiento diferente.
Funcionarios de universidades de Nevada dicen que es demasiado pronto para saber si eventualmente verán un influjo de estudiantes que buscan mejorar sus habilidades o cambiar de carrera.
En Nevada State College (NSC), los funcionarios tendrán un mejor manejo de eso en el otoño de 2021 cuando puedan ver el impacto completo de la pandemia, señaló Scinta.
La tasa de desempleo de Las Vegas fue de 13.8 por ciento en octubre, la más alta de la nación entre las áreas metropolitanas con al menos un millón de residentes.
Típicamente, cuando la economía cae, los colegios comunitarios (que tienen la misión, en parte, de educar a la fuerza laboral) ven drásticos aumentos en las inscripciones, indicó James McCoy, vicepresidente interino de asuntos académicos de CSN.
“Pero este declive económico es diferente porque está impulsado por la pandemia”, aseveró. “Cualquiera puede adivinar cuál será el impulso para que los estudiantes regresen”.
Crecimiento se ralentiza en NSC
Entre los estudiantes que buscan un título, la inscripción subió cinco puntos porcentuales este otoño, muy por debajo de los aumentos de dos dígitos de los últimos años.
La universidad también vio su mayor tasa de retención de un año: 79 por ciento, según los datos preliminares de los estudiantes que se inscribieron por primera vez en 2019.
“Fue bueno ver eso porque estaba realmente preocupado de que algunos de ellos se quedaran fuera del cuadro por toda una serie de circunstancias”, comentó Scinta.
UNLV tuvo 31 mil 52 estudiantes durante el semestre de otoño, casi el mismo número que hace un año. La universidad experimentó un aumento de aproximadamente un punto porcentual en el número de estudiantes que buscaban un título, contrarrestado por una disminución de más de 33 puntos porcentuales en los estudiantes de licenciatura y de posgrado que no buscaban un título.
Steve McKellips, vicepresidente asociado de inscripción y servicios para estudiantes de la UNLV, dijo que todos los que se inscriben para el semestre de primavera son plenamente conscientes de la pandemia y de su capacidad de perturbación.
Muchos de los administradores de las universidades de Nevada alegan que es demasiado pronto para saber cómo esta amplia conciencia podría afectar la inscripción.
En UNR, Maples agregó que espera que los estudiantes que ingresen sean realistas en cuanto a las expectativas durante una pandemia que han vivido durante meses.
“Este verano, la esperanza es que las cosas mejoren”, dijo, manteniendo la esperanza de que las inscripciones se mantengan estables o incluso aumenten para el otoño.