Ola de disturbios por la muerte de un joven en Missouri

Los disturbios y el desorden no se detienen en la pequeña comunidad de Ferguson, en el estado de Missouri. Los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía provocaron una segunda noche de violencia, ante las inconformidades por la polémica muerte de Michael Brown, un joven afroamericano en manos de un agente.

El fallecimiento ocurrió en circunstancias que no están del todo claras, por eso la localidad, con 21 mil habitantes, se ha puesto de cabeza.

Los vecinos comenzaron varias concentraciones pacíficas en el lugar donde ocurrió el asesinato, pero después se tornaron violentas cuando llegó la noche. Esto obligó al despliegue de un centenar de agentes que usaron balas de goma y gases lacrimógeneos para calmar los ánimos.

A pocos metros de donde ocurrió el incidente, la noche de este lunes se escucharon de nuevo disparos. Algunos manifestantes lanzaron piedras contra los agentes.

Otros se aproximaron a los policías locales con las manos en alto y con el grito: “No me dispares”.

La muerte de Michael

El sábado pasado, el joven Michael Brown, de 18 años, murió ante los tiros de un agente. El FBI abrió una investigación para aclarar las condiciones de su muerte. La autopsia reveló que recibió varios disparos.

Según la policía del condado de San Luis, el joven no iba armado pero “atacó físicamente” al policía que estaba en su patrulla. El muchacho habría tratado de quitarle su arma pero sin éxito.

Los familiares de Michael tienen una versión muy diferente de los hechos. Para ellos y para algunos de los testigos, Brown no ejerció violencia contra el policía sino que sólo levantó sus brazos en alto antes de recibir los disparos.

“Violencia no, sólo justicia”, dijo con firmeza la madre de Brown, Lesley McSpadden.

Dorian Johnson era el amigo que acompañaba a Michael cuando ocurrió el violento incidente. En una entrevista con una televisora local, explicó que el agente abrió fuego ante la negativa de Michael de moverse del medio de la calle a la acera. En ese momento, explicó, Michael tenía las manos sobre la cabeza.

Hoy la comunidad donde vivía Michael está inconforme y repudia los hechos. Los disturbios comenzaron desde el domingo por la noche, cuando una vigilia en su honor, se convirtió en una protesta violenta de centenares de personas en las que incluso se reportaron saqueos.

Michael Brown tenía solo 18 años. Estaba por entrar a la universidad pero sus metas quedaron para siempre truncadas.

Aún no se ha revelado la identidad del agente que le disparó ni tampoco se ha determinado si violó la ley. Esa es parte del caos que impera en Ferguson.

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